Maider Unda no se ve retirada todavía. A pesar de haber alcanzado el jueves su gran meta deportiva, ganar una medalla olímpica -en este caso de bronce-, la alavesa dejó claro que a sus 35 años aún le quedan fuerzas para competir, aunque quizás no durante otro ciclo olímpico completo. «Me va a costar despedirme de la lucha, mi cuerpo todavía puede aguantar algún año más, pero cuatros años es complicado», adelantó sobre un futuro que en lo inmediato pasa por «disfrutar» de lo conseguido y «vivir el momento».

En una comparecencia ofrecida en el Centro de Prensa del Parque Olímpico, Unda también afirmó que invertirá los 30.000 euros que le corresponden como premio por la presea obtenida en mejorar sus condiciones laborales y deportivas.

«Invertiré este premio en calidad de vida. Hasta ahora lo he invertido en instalaciones cómodas para trabajar menos y con más calidad», desveló Unda, que es pastora y produce queso en su caserío Atxeta de Olaeta.

Con la sencillez que la caracteriza, la luchadora vasca también señaló que el jueves no hizo ninguna celebración, «porque las cervicales pasan factura» después de los cinco combates que tuvo que disputar y la «tensión» que conlleva la competición.

Aunque cree que ella ya ha hecho su «trabajo» al respecto, y que su medalla puede ayudar «un poquito más» a dar a conocer la lucha libre, ve complicado el futuro de la disciplina por su carácter «minoritario» y por la propia idiosincrasia de la juventud del Estado español.

«Yo he nacido en una familia humilde, en un pueblo donde no había deportistas, y me he hecho mi hueco, pero en la sociedad de hoy en día es muy complicado que la gente entienda qué es el sacrificio», reflexionó una Maider Unda que recibió los elogios del seleccionador español Paco Barcia.