Holanda revalidó en Londres el título olímpico logrado hace cuatro años en Beijing tras superar a Argentina por 2-0 en la final disputada ayer por la noche en el Riverbank Arena de la capital inglesa. La selección oranje selló el triunfo en un buen arranque de la segunda mitad, en la que superaron a un combinado albiceleste que acaba la competición con sabor agridulce: mejora la tercera plaza de Atenas y Beijing, pero se le ha escapado la medalla de oro.

Van del Heuvel, en el minuto 44, y Paumen, en el 53, marcaron los goles de la selección holandesa, en sendas jugadas de penalti córner. Argentina pudo empatar con esa misma jugada en el 47 de juego, pero el intento de Silvina D'Elia no tuvo éxito y las europeas supieron amarrar perfectamente el resultado.

En la primera parte, los dos equipos se dedicaron a tantearse mutuamente y no hubo goles. Las argentinas entraron mejor al partido, con un penalti córner a favor que Noel Barrionuevo no pudo materializar y dos tiros a puerta de Luciana Aymar y Rosario Luchetti. Pero las holandesas reaccionaron con dos tiros desde el punto de penalti, primero a los 27 minutos con Maarje Paumen y luego al filo del descanso con Eva Goede.

Júbilo local

En lo que a la final de consolación se refiere, Gran Bretaña se hizo con la medalla de bronce después de batir a Nueva Zelanda por 3-1, en un partido que se decidió gracias a la efectividad británica en el penalti córner.

La pelea por el tercer cajón del podio fue bastante más igualado de lo que indica el resultado, ya que todos los goles llegaron en la segunda mitad. Después de un primer tiempo sin apenas ocasiones, el duelo por el bronce se empezó a decantar en el minuto 10 de la segunda mitad.

En el tercer penalti córner favorable a las británicas, la jugadora Alex Danson cambió el signo del partido merced a un espectacular remate en plancha. Se arrojó hacia la pelota y lo tocó con su stick, desviando la trayectoria del esférico lejos del alcance de la guardameta kiwi Bianca Russell.

A partir de ahí, el combinado local se atrincheró a la espera del acoso neozelandés, tratando de salir a la contra. La jugada le salió redonda. Russell desbarataba un par de peligrosas acciones de las británicas, pero nada pudo, a falta de 11 minutos para el final, ante el ajustado lanzamiento de Crista Cullen, que anotaba su quinto gol de penalti córner en todo el torneo.

El público, al son de la música de una inagotable fonoteca, disfrutaba de una victoria cada vez más plácida, rematada por Sarah Thomas a escasos siete minutos para el final. En el sexto penalti córner para Gran Bretaña, Thomas apareció cerquita del segundo palo, desviando lo justo la pelota para que se colara irremisiblemente en la portería de Russell. Con 3-0, Gran Bretaña se relajó y concedió, no podía ser de otra forma, un nuevo penalti córner para que Nueva Zelanda, a poco menos de dos minutos para el final, subiera el 3-1 definitivo al marcador, obra de Stacey Michelsen. La presión final de Nueva Zelanda resultaría baldía entre la alegría local.