La selección francesa debe fijarse en la semifinal planteada por Australia ante los Estados Unidos para aspirar a ganar el oro en la final de esta noche a partir de las 22.00. El combinado bleu sabe que su misión es casi imposible, ya que la última derrota de las norteamericanas data del Mundial de Brasil de 2006, pero debe tener fe en sus posibilidades, ya que, igual que las opals, posee suficiente fuerza en su juego interior como para hacer daño a los Estados Unidos.

De hecho, en el triunfo de Francia sobre Rusia en semifinales por 64-81 el juego interior tuvo bastante que ver. Sandrine Gruda, una de las referentes del combinado galo, anotó 11 puntos y 8 rebotes. Sus compañeras de fatigas, Endene Miyem e Isabelle Yacoubou, 10 tantos cada una. De esa exuberancia física, y del hecho de que las galas poseen un banquillo bastante amplio, podría caber un resquicio para la sorpresa, aunque es cierto que Francia no posee ninguna Lauren Jackson ni Liz Cambage, y son otras las armas que deberá explotar, aparte de su potente juego interior.

«Ya hemos ganado»

Por lo pronto, las declaraciones de las jugadoras francesas no son el colmo de la ambición. Por ejemplo, la base titular y capitana de las bleu, Celine Dumerc, declaraba que «nosotras ya hemos ganado. Estamos muy orgullosas de haber llegado a la final olímpica y de enfrentarnos a Estados Unidos. Quizá nuestras posibilidades no sean muy grandes, pero vamos a jugar nuestras bazas».

El seleccionador francés, Pierre Vincent, tampoco se mostraba muy convencido. «Vamos a una fiesta. El único equipo con opciones de ganar a Estados Unidos es Australia, porque son las únicas que pueden competir con ellas en lo físico. Pero no vamos a salir derrotados. Su favoritismo nos alivia de presión alguna y trataremos de hacer nuestro juego», confesaba.