Voluntarios: otra gratificante opción de vivir los Juegos Olímpicos desde sus entrañas
Trabajan de profesores, abogadas o asistentes dentales, y han cogido sus vacaciones para participar en los Juegos Olímpicos como voluntarios, con la misión de asistir a los atletas y guiar a los visitantes, en una ocasión única de codearse con estrellas y vivir una aventura irrepetible.
Béatrice DEBUT
Es una oportunidad única en la vida. La próxima vez que los Juegos Olímpicos vengan a Londres voy a estar muerta», declara Sophie Dickson con su vestimenta de voluntaria reconocible desde lejos: una camiseta naranja y fucsia decorada con los anillos olímpicos y unos pantalones beis.
En el Parque Olímpico, esta inglesa de 25 años también trabaja como asistente dental, como en su vida diaria, y durante los Juegos va a dividir su tiempo entre su trabajo y el voluntariado. «Los Juegos son buenos para mi currículo», explica Sophie antes de ir a coger el tren con destino a Sussex -en el sur de Inglaterra-, donde ejerce su empleo en un gabinete dental privado.
La joven se lamenta de que entre semana no pudo ver al velocista de Saint Kitts y Nevis Kim Collins, pero confiaba en cruzarse pronto con otro de sus ídolos, el también velocista jamaicano Usain Bolt.
Lynne Wright, fanática del deporte y responsable técnica de un grupo de cosméticos, solicitó dos semanas de vacaciones para colaborar en los transportes del recinto olímpico. «Es casi la mitad de mis vacaciones anuales», precisa esta mujer de unos 50 años, que comenzó su experiencia en el Centro Acuático de Natación.
Para Lynne, que reside a dos horas de tren de Londres, comprometerse como voluntaria representa además pagar otro precio. «Me va a costar unas 1.000 libras en transporte -unos 1.275 euros-», calculó, sin que ello haya influido en su decisión final de colaborar en los Juegos de la capital inglesa.
Los cerca de 70.000 voluntarios de los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos, procedentes de 70 países y seleccionados entre unas 250.000 personas, recibieron una tarjeta de transporte gratuita durante la celebración de los eventos, aunque la misma solo es válida para Londres y sus alrededores.
Otros voluntarios acampan algunas noches en Londres para evitar unos transportes demasiado costosos, como es el caso de Ros Cramp, profesora de Educación Física.
Sin autógrafos
Sus alumnos le pidieron que vuelva con autógrafos. «Pero no voy a pedirlos -asegura-. Sería poco educado», comenta Cramp, que presta sus servicios buscando lugares para que los autobuses puedan dejar a los técnicos. Si Cramp no va a tener muchas oportunidades de ver atletas de cerca, la situación es diferente para Rob Williams, que asistió a los nadadores en la piscina olímpica.
Este abogado canadiense ya vio entrenarse a Michael Phelps, el multimedallista estadounidense. «Es una institución. Pero hay que permanecer tranquilo. Estamos aquí para ayudar a todo un equipo, no a una sola persona», explicó este treintañero, feliz de todos modos de ver de cerca a sus estrellas.
En los bordes de la piscina han sido varios los voluntarios que trabajan como socorristas. «No sé por qué estos nadadores necesitan socorristas», dijo con ironía Tom Hunt, estudiante en Geografía, mientras miraba entrenarse al equipo chino de sincronizada.
Por su parte, Sam Kendall, maestra británica, se ha codeado con los atletas en la villa olímpica como asistente del equipo ugandés. «Los ayudo si quieren visitar Londres, comprarse una cámara fotográfica...».
Sin embargo, uno de los quehaceres más agradecidos para los voluntarios ha resultado ser el de aportar su granito de arena al ambiente festivo. «Si usted ha olvidado su entrada, debe correr tan rápido como Bolt para ir a buscarla», anunció un voluntario con un megáfono a la multitud que llega al Parque Olímpico. Con buen humor y sonrisas, estos trabajadores contribuyen al agradable ambiente de los Juegos. Las consignas: «ser fácilmente identificables, abiertos, trabajar en equipo y hacer de los Juegos una experiencia inolvidable para los visitantes», explicó una de ellas, Helena Francis.
«Los Juegos Olímpicos están siendo un éxito tremendo y una gran parte de ello lo tienen los voluntarios, que realizan un trabajo fantástico», señaló Darryl Seibel, portavoz del equipo olímpico británico.
Hasta tal punto ha resultado positiva su labor que el jefe del Comité Olímpico Británico, Colin Moynihan, pidió que los voluntarios sean nominados como el «equipo deportivo del año» en Gran Bretaña.