SUECIA 21

FRANCIA 22

Suecia dignificó la final olímpica con su apuesta ganadora y, aunque nadie creía en sus opciones, puso en jaque a Francia, que tuvo que exprimirse hasta el límite para convertirse en la primera selección que repite oro olímpico. Además, en los cuatro años desde Beijing 2008 Francia ha sido la campeona de cinco de los seis campeonatos que se han disputado (dos oros olímpicos, dos Mundiales y un Europeo). Solo «falló» en el Europeo de Serbia el pasado mes de enero (fue 11º), y podría pensarse que fue una especie de ayuno voluntario para llegar con más hambre a Londres.

Ayer Suecia planteó el partido donde más le duele a Francia, y no es una metáfora. Suecia es uno de los pocos rivales que puede medirse físicamente a los franceses, por lo general dominadores en este apartado, y ayer sufrieron la dureza de la defensa nórdica. Como Sjostrand estuvo bien en la portería -mejor que Omeyer-, ahí se basaron para ir a por el partido, e intentar cerrar así la frustración histórica de las tres platas anteriores.

El problema de Suecia es que su ataque no es tan bueno, y ayer no pudo contar con el central Doder, lesionado en semifinales. Sin embargo, la confianza en su labor defensiva, y la motivación extra, propiciaron un rendimiento ofensivo muy notable, con Larholm sustituyendo a Doder y dirigiendo bien a su equipo, además de marcar cinco goles. Kim Andersson ayudó, sobre todo en la segunda parte, y Ekberg no paró hasta marcar su sexto gol, que le convertía en máximo goleador del torneo.

Francia sufrió, pero siempre fue por delante en el marcador. En la primera parte Guigou (4 goles, 3 de penalti) y Barachet (rematando con penetraciones las superioridades creadas en el lado izquierdo) llevaron la batuta, y en la segunda Narcisse y Abalo tomaron el relevo, con cuatro goles cada uno. Con 20-21 a menos de un minuto, fue Abalo quien sentenció el partido.