La Policía llevaba a cabo un gran despliegue, que incluía helicópteros y hasta un destacamento militar, en la mina de Marikana (noroeste de Sudáfrica), escenario de una huelga que ha derivado en enfrentamientos entre dos sindicatos que se han saldado con al menos diez muertos.

3.000 hombres armados con palos, barras de hierro y machetes permanecían en una colina cercana a la mina de platino, explotada por la multinacional Lonmin, la tercera productora mundial del mineral.

Los incidentes comenzaron el viernes cuando cientos de mineros iniciaron una huelga. Secundados por el pequeño sindicato AMCU, exigen que se triplique su salario (de 400 a 1.250 euros). Así, estallaron enfrentamientos con partidarios de la potente Unión Nacional de Mineros (NUM), de la que AMCU es una escisión y que prometió a los que se afiliaban grandes aumentos salariales.

El NUM es uno de los pilares de la confederación sindical Cosatu, que forma parte del Congreso Nacional Africano (ANC).

Tres de los muertos cayeron por balas de la Policía y otros dos fueron identificados como guardianes de la paz linchados.