GARA > Idatzia > Mundua

China y Corea del Sur acusan a Japón de no ajustar cuentas con su pasado belicista

China y Corea del Sur acusaron a Japón de no ajustar cuentas con su pasado belicista en el 67 aniversario de la rendición del país nipón en la II Guerra Mundial. La visita ayer de dos ministros japoneses al polémico santuario Yasukuni de Tokio, erigido en honor a los soldados caídos, entre ellos varios criminales de guerra, generó un fuerte malestar en Pekín y Seúl, en un momento en el que los tres países mantienen tensas relaciones por litigios territoriales.

p015_f01_148x128.jpg

GARA | TOKIO

Japón conmemoró ayer el 67 aniversario de su rendición en la II Guerra Mundial, una fecha que para Corea del Sur supone también el fin de la colonización japonesa (1910-1945).

En Tokio, el primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, reconoció que la expansión bélica de Japón «causó daños y dolor considerable a ciudadanos en muchos países, en particular en Asia» y expresó un «profundo remordimiento» por ello.

También renovó el compromiso de su país de «buscar sin cesar la paz mundial», en un acto al que asistieron los emperadores Akihito y Michiko, y unos 5.000 familiares de caídos. Akihito instó a que «la tragedia no se repita». Su padre, Hirohito, fue quien anunció la rendición incondicional de Japón en un histórico discurso retransmitido por radio.

Pero, en paralelo a estas declaraciones, los ministros de Seguridad Pública, Jin Matsubara, y el de Transporte, Yuchiro Hata, visitaron el polémico santuario de Yasukuni, situado no muy lejos del Palacio Imperial y que homenajea a los 2,5 millones de soldados nipones caídos en contiendas bélicas, entre los que se incluyen 14 criminales de guerra condenados por los aliados al terminar la II Guerra Mundial. Esta es la primera visita de ministros japoneses al santuario desde la llegada al poder, hace tres años, del Partido Demócrata de Japón (PDJ).

«Pienso en nuestros antepasados que sentaron las bases de la riqueza del Japón actual», manifestó Matsubara a la prensa a las puertas del templo.

Instantes después de hacerse pública esta visita, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China emitió una contundente nota en la que exhortó a Japón a «respetar a las víctimas de los países que sufrieron su agresión imperial. El problema fundamental planteado por este santuario de guerra es saber si Japón será capaz de afrontar la historia de su agresión imperial y respetar los sentimientos de las víctimas en los países de Asia, entre ellos China».

Pekín expresó su deseo de que Tokio «tome medidas concretas con el fin de preservar las relaciones sino-japonesas».

En tanto, en Seúl, el presidente Lee Myung-bak emplazó a Noda a asumir las consecuencias por la prostitución forzada de miles de coreanas por parte de soldados japoneses en burdeles militares llamados «casas de confort».

«Se trató de una violación de los derechos de las mujeres en tiempos de guerra, así como una violación de derechos humanos universales», denunció Lee, que, a principios de semana, advirtió que el emperador Akihito no podría visitar Corea del Sur sin una petición de disculpas por las atrocidades cometidas. Se calcula que unas 200.000 mujeres asiáticas fueron convertidas en esclavas sexuales por Japón, que hasta 1993 no lo reconoció. En 1995, promovió el Fondo de Mujeres Asiáticas para dar indemnizaciones procedentes de donantes privados a las víctimas, iniciativa considerada insuficiente por las propias afectadas.

Este aniversario viene marcado por las tensiones entre Japón con sus vecinos por litigios territoriales. Uno de ellos es por la soberanía de las islas Dokdo, que oficialmente pertenecen a Corea del Sur pero que Japón considera su territorio y las denomina Takeshima. La visita hace una semana de Lee a este grupo de islas desembocó en una crisis bilateral.

Con China y Taiwán también mantiene un conflicto territorial por la posesión de las islas deshabitadas Senkaku -para Tokio- y Diayou -para Pekín-, actualmente propiedad de una familia japonesa. Se cree que su lecho marino podría contener reservas de hidrocarburos.

detenciones

La Policía japonesa anunció ayer el arresto de 14 activistas chinos en una de las islas en litigio con China, que Beijing denomina Diayou y Tokio Senkaku. El Gobierno chino exigió su inmediata libertad y tildó estos arrestos de «ilegales».

en taiwán

En Taiwán, alrededor de 200 personas se manifestaron para exigir a Japón una disculpa por obligar a miles de mujeres a prostituirse durante la ocupación japonesa (1895-1945). «En los libros de historia de Japón se dice incluso que ejercieron de forma voluntaria. Es insultante», denunció una manifestante.

Miles de japoneses acuden a Yasukuni, al margen de polémicas

Al margen de la polémica sobre la inscripción en 1978 de los nombres de 14 criminales de guerra japoneses en el santuario Yasukuni junto a los de los 2,5 millones de soldados nipones caídos por Japón, una multitud anónima acudió ayer a este templo para honrar a sus familiares.

Desde primeras horas de la mañana, miles de personas desfilaron en silencio y en orden por los alrededores del templo pese al calor y a la alta tasa de humedad. Un flujo continuo salía de las estaciones de metro. Para llegar al santuario, se deben cruzar tres importantes y masificadas puertas sintoístas. Y en grupos de doce se acercan durante breves instantes al memorial del militar japonés.

«Mi padre falleció en 1945 en una batalla naval. Partió al frente y murió por su país. Vengo por la salvación de su alma y de quienes lucharon por Japón», señala a AFP Hibiya Shibata, un jubilado de 70 años. Dos palmadas para invocar a los espíritus, una breve oración y una simbólica ofrenda antes de dejar paso a otro visitante.

Aunque a la mayoría de los asistentes solo les importa honrar la memoria de los combatientes, no pueden dejar de comentar la polémica creada por la visita de dos ministros, que China y Corea del Sur han percibido como una ofensa.

«Considero normal que vengan a rezar. Es más, como representantes de Japón, creo que es su obligación», resalta Hidekatsu Okamoto. «China y Corea del Sur tienen su punto de vista y los tres países tienen su parte de culpa. Pero lo que no debemos olvidar es que nuestros abuelos lucharon y murieron por nosotros. Les debemos respeto», subraya. GARA

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo