Maite SOROA | msoroa@gara.net
La pelusa de Ussía
La prensa facha seguía enfangándose en su matraca sobre las protestas que protagonizan los presos políticos vascos para exigir la libertad de Iosu Uribetxeberria. Y si anteayer Alfonso Ussía se sumaba a ese despliegue con un artículo supuestamente gracioso titulado «Más dieta que huelga», ayer ofrecía una pieza veraniega más seria que la del día anterior, nostálgica de su infancia, cuando su familia veraneaba en Donostia.
Cual Mayor Oreja evocando los años de «extraordinaria placidez», rememoraba sus «años felices» en Donostia. «San Sebastián, en verano, o al menos así lo veían mis ojos de niño, era una ciudad feliz y visitada por quienes tanto habían contribuido a enriquecerla, que no eran otros que los veraneantes de Madrid. A muchos molesta este dato recordatorio, pero San Sebastián no sería la misma, ni en su propia belleza, de no haber sido la Corte de verano, la Capital política de España desde que Alfonso XIII llevara hasta su bahía a la nobleza, la industria, la cultura y el dinero de lo que se llamaba admirativamente y ahora con desprecio, `Madrid'. Cuánta generosidad por parte del Borbón... y de Ussía y su familia, por supuesto. Continuaba su alucine como sigue: «Las familias poderosas guipuzcoanas compartieron vecindad amigable y entrañablemente con las que eligieron su ciudad para elevarla hasta lo inaudito. Más de la mitad de las villas de Igueldo y Ondarreta fueron construidas por madrileños». Ya, y quienes que no pertenecían a esas familias les reverenciaban con el mismo entusiasmo que servidora aplaude las gracias de Ussía.
Tras recordar «`El Giralda' de Alfonso XIII fondeado al socaire de la isla de Santa Clara, y el `Azor' de Franco y posteriormente de Felipe González, anclado en el mismo lugar sin apenas vigilancia», lamenta que «Los hijos y nietos de aquellos donostiarras acogedores y afectuosos han votado mayoritariamente a `Bildu', y ello me dice que mucho han cambiado sus ánimos y sus voluntades. No me interesa San Sebastián para nada». Menudo disgusto se van a llevar los donostiarras.
Terminaba su artículo asegurando que llora de emoción al escuchar el «Agur Jesusen Ama», lo que desvelaba que tanta melonada respondía a que tiene pelusa porque la duquesa de Alba, cuando cantó la «Marcha de San Ignacio», fue aclamada por los donostiarras. Según los medios madrileños, claro. Y Ussía se lo creyó.