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Las cuadrillas ganan peso año a año en las fiestas de Portugalete
Portugalete comenzó el pasado lunes las fiestas de San Roque en una edición marcada por la cada vez más importante presencia de las cuadrillas del pueblo. Tras años de pelea y ostracismo, las principales iniciativas de las cuadrillas han sido acogidas con entusiasmo, con una alta participación en los juegos de agua y en la comida popular.
Mikel PASTOR | PORTUGALETE
Es curioso observar cómo la vida, en diferentes apartados, suele ofrecer volteretas, cambios de situación, muchas veces impredecibles, que modifican el escenario original como en los mejores libros de Ed McBain.
Eso es lo que ha ocurrido en Portugalete con las cuadrillas. Hace no tanto tiempo, unos seis o siete años, las relaciones con el Consistorio llegaron a unos niveles de tensión inasumibles, lo que empujó a estas asociaciones a llevar a cabo «duras» campañas para protestar por la actitud de los responsables municipales.
A día de hoy, las cosas han cambiado mucho, y para bien, tal como señala Jon Duque, representante de las cuadrillas. El ánimo festivo se ha impuesto a las diferencias y, gracias al acercamiento de posturas entre Ayuntamiento y cuadrillas, estas últimas han recibido un fuerte impulso, tanto en el apartado económico como en el social, siendo las vecinas y vecinos de este pueblo los grandes beneficiados por esta vuelta a la calma de las revueltas aguas de Ezkerraldea.
«Humor amarillo»
Prueba de esa mejora es la alta participación en todos los eventos organizados por las cuadrillas, como los juegos acuáticos desarrollados ayer en la Ría, una ginkana al más puro estilo de «Humor amarillo» en la que los participantes debieron superar un circuito mediante balsas o flotadores.
No ha sido el acuático el único éxito de las cuadrillas. Más de 500 personas abarrotarán hoy el mercado en la tradicional comida popular entre cuadrillas, con los tickets agotados desde hace días.
Esta comida puede servir de reflejo de la progresión del movimiento de las cuadrillas. Según nos explica Jon Duque, hubo un tiempo en el que la comida popular sufrió un cierto bajón, reuniendo a unas 200 o 300 personas. Sin embargo, el nuevo «subidón» ha hecho que esta cita se convierta en ineludible para la gran mayoría de jóvenes, y no tan jóvenes, que encuentran aquí un espacio común donde divertirse a su aire.
Durante la jornada de mañana, gracias a la colaboración de la Asociación de Deportes de Inercia de Euskadi, se podrá disfrutar de la bajada de goitibeheras, en las que tomarán parte, incluso, vehículos «profesionales».
Las cuadrillas de Portugalete se muestran «entusiasmadas» con el crecimiento que están experimentando, tanto por la buena respuesta de los actos organizados como por la aparición de nuevos grupos de jóvenes.