Decenas de personas participaron ayer en Orreaga y en el alto de Ibañeta en la conmemoración de la batalla que en 778 enfrentó a vascones con tropas francas del emperador Carlomagno en este rincón del Pirineo navarro.

Los actos, organizados por la sociedad Etxabarrengoa de Garralda y Orreaga Fundazioa, con la colaboración del Ayuntamiento de Auritz y Nafarroa Bizirik, comenzaron con una marcha desde Aurizberri a Orreaga, donde se celebró un primer acto de homenaje a los vascones que se impusieron a los francos que regresaban a su lugar de origen tras arrasar la entonces musulmana ciudad de Zaragoza.

Posteriormente, los asistentes subieron al alto de Ibañeta, donde se realizó otro acto de homenaje junto al monolito que, paradójicamente, recuerda a Roldán, el comandante franco que falleció en la batalla pirenaica y cuya «gesta» fue inmortalizada en el «Cantar de Roldán». En el acto de ayer, en cambio, se trataba de recordar a quienes defendieron su tierra en 778.

El historiador Erlantz Urtasun califica, en un escrito publicado previamente, la batalla de Orreaga como «el enfrentamiento armado más grave de su época, un hecho que conmocionó a Europa» y la enmarca en los intentos de los sucesores del fenecido imperio romano, personificado en Carlomagno, de seguir manteniendo bajo su yugo a pueblos europeos, como los vascos.

«En el siglo VIII, derrotada la resistencia euskaldun y bretona a lo largo de las amplias tierras de la actual Francia, tropas euskaldunas presentaron batalla hasta en las cercanías de París y disponían de líneas de abastecimiento y fortificaciones en el hoy centro francés. Carlomagno decidió terminar su tarea y para ello quiso dominar todo el valle del Ebro, entonces en manos de autoridades musulmanas. Un plan táctico, Zaragoza. Un fin estratégico, el control de Euskal Herria», contextualiza Urtasun.

Sin embargo, Carlomagno tuvo que ordenar a sus tropas que regresaran a sus lugares de origen ante la rebelión sajona. De regreso, las tropas francas arrasaron todo lo que pudieron, llegando a quemar Iruñea. Los vascones, haciendo gala de un impresionante nivel de organización, fueron capaces de preparar una emboscada en la que participaron miles de combatientes .