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El recrecimiento del pantano de Esa tiene una desviación de 165,87 millones de euros

Satisfacer en agosto las exigencias de riego y el suministro de agua de boca a Zaragoza, uno de argumentos esgrimidos para la obra, con el agua embalsada deja en evidencia la necesidad del cuestionado proyecto
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Martxelo DÍAZ | IRUÑEA

El recrecimiento del pantano de Esa ha tenido una desviación de 165,87 millones de euros, según constata un documento del Ministerio español de Medio Ambiente que publicó ayer el diario «El País». Inicialmente, estaba presupuestado en 109 millones, según Coagret.

La desviación de lo presupuestado no solo supone un despilfarro de fondos públicos en tiempos de recortes antisociales para impulsar macroproyectos, sino que pone en cuestión su viabilidad. La Directiva Marco del Agua (DMA) obliga a las administraciones públicas a recuperar los costes invertidos en obras hidráulicos. Para ello, se establecen tasas entre los usuarios de los embalses.

De este modo, una desviación presupuestaria provocaría un incremento de las tasas que tendrían que pagar los regantes, que ya eran elevadas con los presupuestos iniciales, que apostaban por un modelo agrícola intensivo en unos momentos en los que los precios de los productos no alcanzan en numerosas ocasiones ni para cubrir costes.

Ante la constatación de que la ampliación de regadíos no sirve para justificar una inversión millonaria ha provocado que se intenten presentar nuevos usos para esos embalses. Así, se intentó justificar el recrecimiento de Esa en la necesidad de garantizar el suministro de agua de boca a Zaragoza y su cinturón. Sin embargo, el 7 de agosto el Ayuntamiento de Zaragoza anunció que comenzaba a distribuir agua de Esa después de que se hubieran satisfecho los regadíos previstos. Es decir, que en pleno mes de agosto el agua embalsada en un pantano de Esa sin recrecer ha sido suficiente para atender las necesidades de riego y ha sobrado para el agua de boca de Zaragoza. La falta de necesidad de una obra rechazada en la zona en la que se asienta y en la que han aparecido grietas queda en evidencia.

El precedente del pantano de Itoitz y Canal de Navarra, cuyos costes no han sido recuperados, según constata el informe de la profesora de la Universidad de Zaragoza Charo Brinquis, no ha impedido que el Gobierno español haya continuado con su política de construcción de grandes obras hidráulicos. Además de los sobrecostes del recrecimiento de Esa, se han registrado también desviaciones en Castrovido (Burgos) de 115,95 millones y Enciso (La Rioja) de 59 millones. En total, las obras hidráulicas han supuesto un sobrecoste de 1.500 millones al Gobierno español.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) tiene la intención de seguir expropiando tierras para llevar a cabo el recrecimiento de Esa. El 19 de setiembre ha citado a vecinos de Artieda d'Aragón para levantar actas de expropiación.

Se prevé que, tal y como sucedió en febrero y abril pasados, los artiedanos se nieguen a firmar las actas y vuelvan a reivindicar que quieren que su pueblo siga vivo. Sin embargo, finalmente la CHE recurrió a la expropiación forzosa y se prevé que también en esta ocasión vuelva a recurrir a esta figura.

RETORNO

La Directiva Marco del Agua (DMA) obliga a las administraciones a recuperar los costes invertidos en obras hidráulicas, por lo que una desviación presupuestaria pone en cuestión su viabilidad.

1.500 millones

En el conjunto del Estado, el Gobierno español tendrá que hacer frente a un sobrecoste de 1.500 millones de euros en obras hidráulicas que han sufrido desviaciones presupuestarias.

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