El cáncer aún persigue a los supervivientes de Hiroshima
GARA | WASHINGTON
Según un estudio publicado en la revista «International Journal of Cancer», quienes sobrevivieron de niños a las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki continúan teniendo un riesgo de padecer cáncer de tiroides más alto de lo normal 67 años después de la exposición a la radiación. Las células tiroideas son especialmente vulnerables a la radiación ionizante, el tipo producido por la crisis nuclear de Chernobil o las bombas atómicas en Japón.
Esta nueva investigación rastrea nuevos diagnósticos de cáncer en personas que estuvieron en Japón durante los bombardeos de 1945 y aquellos que no lo hicieron. En total hubo 371 diagnósticos de este tipo de cáncer entre 1958 y 2005 entre los cerca de 105.000 supervivientes de la bomba atómica.
El estudio constató que el 36% de los 191 casos cáncer de tiroides diagnosticados en personas que eran niños o adolescentes en aquel momento fue causado por la exposición a la radiación.
Los investigadores dijeron que no estaba claro si los resultados tendrían implicaciones para los niños japoneses que estaban viviendo cerca de la central nuclear de Fukushima, que sufrió la fusión de un reactor nuclear en marzo después de un terremoto y un tsunami.
En opinión del investigador de la Universidad Vanderbilt en Nashville (EEUU), John Boice, las rápidas evacuaciones podrían haber minimizado los riesgos de desarrollar la enfermedad.