OTRAS CONSECUENCIAS DEL ADELANTO
Sortu se ralentiza, el veto al diálogo se agota y Barcina deberá hacer presupuestos
El adelanto de las elecciones al 21 de octubre tendrá consecuencias también fuera del Parlamento de Gasteiz. En Nafarroa, por ejemplo, despeja cualquier duda sobre la posibilidad de que Yolanda Barcina recurriera también a las urnas en otoño. Además, como anunció, el proceso de constitución de Sortu se estirará obligadamente hasta febrero. Pero lo más esencial será el efecto sobre el diálogo político.
El calendario de constitución de Sortu queda modificado necesariamente por la prioridad que marcarán las elecciones. No es una novedad, ya que la nueva formación de la izquierda abertzale lo anunció desde el primer momento. El calendario inicial preveía que el congreso fundacional tuviera lugar en noviembre, pero ahora será en febrero.
Por el momento, el proceso de conformación del partido marcha al ritmo previsto. Es decir, está en la fase inicial de elaboración de las ponencias, que en setiembre serán repartidas a pueblos y barrios. Según han indicado a GARA desde el grupo impulsor de Sortu, las fichas repartidas para lanzar este debate han recabado ya 450 aportaciones.
Tras el parón forzado por las elecciones a la vuelta del verano, el proceso de constitución se retomaría por tanto en noviembre con el debate y las decisiones sobre las ponencias. Y en febrero Sortu será ya una realidad completa, con su línea política y sus esquema organizativo aprobados, y con su primera dirección elegida.
Desde izquierda abertzale, PNV y PSE se admite que, paradójicamente, el nuevo tiempo abierto por la decisión de ETA ha traído consigo un bloqueo del diálogo político entre los partidos. Es decir, que ahora se habla menos que antes. Uno de los motivos o excusas esgrimidos para ello es que resultaba mejor esperar a que pasaran las elecciones y se conformara un parlamento en la CAV en el que estuvieran representadas todas las opciones, como ya ocurre en Nafarroa desde mayo pasado (la Cámara de Gasteiz ha acabado como último reducto del apartheid cuando ya había caducado incluso en las Cortes españolas).
El Grupo Internacional de Contacto (GIC), que se dio a sí mismo el mandato de agilizar el diálogo político, confirmaba en la nota tras la última visita en mayo, tras reunirse con casi todos los partidos, que los comicios pendientes se habían convertido en una traba objetiva. «Deseamos que la confrontación política previa a las elecciones no genere obstáculos que dificulten los procesos. El periodo posterior será un momento para avanzar», añadió el grupo de facilitadores liderado por Brian Currin.
Todo ello en la senda marcada por la comunidad internacional en Aiete, cuyo cuarto punto proclamaba que «sugerimos que los actores no violentos y representantes políticos se reúnan y discutan cues- tiones políticas, con consulta a la ciudadanía, lo cual podría contribuir a una nueva era sin conflicto». Tras el 21-O, y aunque el diálogo no se circunscriba al espacio de la CAV, ya no habrá excusa posible.
La decisión de Patxi López se miraba también de reojo desde Nafarroa, ya que Yolanda Barcina está inmersa en la misma situación que él tras perder la mayoría parlamentaria. El inicio del nuevo curso, en setiembre, dará la pista de la capacidad de UPN para manejar esta situación que a López se le ha hecho finalmente intragable. Tanto la rumorología como el sentido común apuntan a que si Barcina opta por adelantar las elecciones escogerá la primavera de 2013. En ese caso, hubiera sido un problema para ella que el lehendakari de Lakua hubiese estirado la legislatura hasta el final, porque entonces los calendarios se solaparían y no puede haber mayor pecado -ni error político- para UPN que compartir campaña y urnas con los otros tres herrialdes.
Tras el adelanto en Gasteiz, Barcina tiene calendario libre para anticipar sus elecciones a esas fechas. Antes tendrá que elaborar presupuestos para 2013 y no tendrá apoyo para sacarlos adelante (solo el PP le ayudará y esto no vale). Esa bien podría ser la excusa para que Barcina emule a López, pero en una jugada a la inversa: si el lehendari carga la culpa del adelanto sobre el PP por romper el pacto, la presidenta de UPN seguramente hará otro tanto con el PSN (y pese a que fue Barcina mandó un policía foral a la casa de Roberto Jiménez con la carta de cese).