Representantes de los trabajadores de Corrugados Azpeitia manifestaron ayer su predisposición al diálogo con la dirección, tras haberles acusado el Grupo Alfonso Gallardo, propietario de la planta, de negarse a entablar negociaciones.

La dirección de Corrugados hizo público un comunicado el martes por la tarde en el que señalaba que los representantes de la plantilla «declinaban reunirse» con ellos tras haberles propuesto dos posibles citas, ayer en Madrid u hoy en Badajoz en la sede del grupo.

Desde el comité de empresa, Esteban Campos, encerrado con sus compañeros en Azpeitia, respondió que ellos no tienen ningún inconve- niente en reunirse «en cualquier sitio, en París si hiciera falta, pero a lo que no vamos a ir es a perder el tiempo, porque en la convocatoria de la reunión ya nos avisaron de que no tenían ninguna intención de cambiar de postura». Este delegado en el comité recordó que ya se reunieron en Madrid hace diez días y que el encuentro «no sirvió de nada» al insistir la empresa en los 60 nuevos despidos, la reducción salarial del 35% y el aumento de jornada en 49 horas.

«Pérdidas desde 2008»

En la nota de la empresa, el consejero del grupo Manuel Romero declara que Corrugados Azpeitia «acumula desde setiembre de 2008 una pérdidas por un valor de unos 100 millones de euros» y añade su «firme compromiso en mantener el funcionamiento de la planta siempre que no genere pérdidas». Asimismo recuerda las «muy duras medidas tomadas» en la planta de Getafe y el cierre de la factoría Siderúrgica Balboa en Badajoz.

Por su parte, el comité de empresa considera que la responsabilidad de las pérdidas de la planta no es de los trabajadores sino de la gerencia y precisa que «son ellos los que tienen que explicar, por ejemplo, por qué desde 2008 llevan pagando la chatarra a precios exagerados».