Raimundo Fitero
Ere que ere
Con las elecciones al parlamento de Gasteiz como zanahoria, las tertulias ultras en plan numantino, López aprovechando sus últimos coletazos de su estrellato, las pantallas planas se nos llenan de eres, o sea Expedientes de Regulación de Empleo, por un lado los sospechosos andaluces con carga política de explosión retardada y consecuencias no muy controladas y el aprobado de madrugada por el consejo de administración de la corporación de la radio y la televisión valenciana, conocida como Canal 9.
El asunto de los eres fraudulentos masivos en Andalucía realizados por una trama de políticos y empleados públicos ligados todos al PSOE, ya ha dado todo lo que tenía que dar. La investigación parlamentaria es un paripé que pactaron con la parte blanda de IU ahora en el gobierno andaluz con ellos para lavarse la cara, pero la cuestión volverá a tener valor político cuando llegue a los tribunales en su fase resolutiva. De momento es un juego floral, una manera de desviar la atención, un descanso para el PP.
Pero el ere de Canal 9 es salvaje. Afecta a mil ciento noventa y ocho trabajadores, descontados los cuales se queda con una plantilla de cuatrocientos ochenta. Las cifras son espectaculares. Sin entrar a cuestiones de intencionalidad política, de oportunidad, de derechos laborales y un largo etcétera, la verdad es que parece una plantilla muy engordada. Por si hay dudas, la culpa, obviamente no es de los trabajadores, sino de sus gestores y de sus responsables políticos y sus intereses económicos. Cuesta mucho asimilar, desde esta distancia, esta medida, lo que representa en términos de diseño del mapa televisivo, de la información y del entretenimiento desde un ente público. Y parece claro, que era un canal de partido a lo bestia.
Pero ya que estamos en la que estamos, y para que después no nos pille el toro, ¿hay alguien pensando en qué hacer con EITB, por si acaso hay que decir algo el día 22 de octubre? No es una broma, es algo que llegado el caso, puede ser angular. No se trata de hacer cuatro frases generalistas, sino que se debe empezar a pensar qué modelo es el que propone la izquierda abertzale y desarrollarlo. ¿Alguna idea?