La subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, alertó ayer de que Siria se enfrenta a una situación de emergencia sanitaria ante la falta de medicinas derivada de la imposibilidad de fabricar los fármacos en el país ante la escalada de la violencia.

«Ya no están disponibles en el país medicamentos indispensables para salvar vidas», dijo Amos ante la prensa en la sede central de la ONU, donde habló de su reciente visita al país árabe, donde vio de primera mano «el gran impacto sobre la sanidad» que tiene el conflicto.

Explicó que Siria produce la mayoría de sus medicinas en laboratorios en Alepo y otros lugares, que se ven ahora afectados por el impacto del incre- mento de los enfrentamientos, lo que deja a los enfermos y heridos sin fármacos «de crucial importancia».

Amos dibujó una sombrío panorama sobre la situación humanitaria por un conflicto «brutal y violento», que ha empeorado notablemente desde su anterior visita el pasado marzo, donde hay «necesidades cada vez más urgentes» para proveer «cuidados sanitarios, abrigo, alimentos, agua y saneamiento» a cientos de miles de personas.

Aseguró que en sus conversaciones con el Gobierno sirio, el régimen ha contabilizado que hay 1,2 millones de personas desplazadas de sus hogares por el conflicto y que viven temporalmente en edificios públicos, mientras que hay «muchos más» hospedados por familiares y amigos.

Se calcula que en estos momentos hay 2,5 millones de sirios con necesidad de ayuda humanitaria urgente, pese a los esfuerzos llevados a cabo por agencias de la ONU y la Media Luna Roja.

Ofensiva en Damasco

Las fuerzas leales al régimen de Bashar al-Assad, apoyadas por helicópteros y artillería pesada, lanzaron ayer una gran ofensiva sobre Damasco que, según afirmaron, les permitió recuperar totalmente el control sobre la capital, mientras seguían combatiendo a los rebeldes en Alepo, la segunda ciudad del país, que, según la oposición, volvió a ser bombardeada.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó de la muerte de al menos 115 personas en distintos puntos de Siria.

Por otro lado, las autoridades de Irak cerraron ayer el paso fronterizo de Al-Qaem, para impedir la entrada de hombres armados, después de que los combatientes del rebelde ELS toma- ran el control de la localidad vecina siria de Albu Kamal.