Iñaki Azkuna ya tiene de que hablar hoy, si no es que al cierre de esta edición su locuacidad le lleva a pronunciarse sobre la última iniciativa de Bilboko Konpartsak, al enviar una imagen suya por los aires para que «disfrute de unas merecidas vacaciones» fuera del Botxo mientras los comparseros apuran lo que resta de Aste Nagusia.

Todo dio comienzo poco después de las 19.30, cuando cientos de comparseros y villanos emprendieron una marcha por la calle Navarra, en la que predominaba el negro de las camisetas con el lema ``Aste Nagusia defendatuz!!'', al paso del sonido atronador de la percusión. En la comitiva, destacaba una canastilla en la que viajaba un guiñol del alcalde; a unos metros, la colorida vestimenta de Marijaia sobresalía entre la marea negra.

El cortejo se abrió paso por el puente hasta adentrarse en el corazón del recinto festivo por entonces a rebosar. Allí, otros cientos de personas y decenas de comparseros, provistos de gafas con nariz con un poblado bigotón, le aguardaban en silencio, expectantes.

La canastilla se depositó en un pequeño escenario mientras se procedía a la colocación de varios globos azules, rojos y blancos, los colores de la federación de comparsas. Mientras, dos payasos saludaron a la marcha a los gritos de ``aupa Donostia'' y ``gora San Fermín'', al que luego sumarían ``gora Aste Nagusia''. Rapidamente se identificaron ante Azkuna, «somos los payasos de las comparsas».

Más adelante, reconocieron que habían optado por el disfraz, aunque todo el mundo les reconoció por su imagen pública, por las posibles represalias que pudieran sufrir por parte del primer edil, a quien definieron en pocos segundos por los contradictorios adjetivos de «guapo, soso y atractivo».

«Iñaki se merece este acto. Se lo merece -insistieron-. Se ha bajado el sueldo por todos los bilbainos», añadieron con sorna. «La verdad -confesaron dirigiéndose en primera persona al médico metido a alcalde- es que se lo merece mucho, porque le queremos, pero lejos».

Los payasos ocasionales dieron paso al bertsolari Arkaitz Estiballes, quien ensalzó el modelo popular, euskaldun y paritario de Aste Nagusia y cómo, ante la quiebra de diferentes agencias de viajes, las comparsas habían cogido el com- promiso de enviar a Iñaki Azkuna a disfrutar de unas buenas vacaciones «por el aire». Aprovechando la ocasión, Estiballes envió al todavía futbolista rojiblanco Fernando Llorente «a Rincón del Soto».

En las últimas semanas, los agentes festivos han efectuado a través de la Red la campaña ``Azkuna de vacaciones'', con el objetivo que regalar a «Su Alteza Municipal (SAM) unas merecidas jornadas de asueto». Ayer, desvelaron que los destinos por los que habían decidido optar eran: Marina d'Or-Ciudad de Vacaciones, aterrizando en el polémico aeropuerto de Castellón; China, a donde Iñaki Azkuna y su consejero delegado, Andoni Aldekoa, están empeñados en enviar a bilbainos mientras los chinos vienen a hacer negocios al Botxo; y a la embajada de Ecuador en Londres, donde el alcalde podría visitar una bonita ciudad «llena de tiendas» y encontrarse con el exmagistrado de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón y su defendido, Julian Assange.

A China por el aire

Tras una votación popular a pie de escenario, la opción elegida fue China. Conscientes de que al alcalde puede que no le guste el plan comparsero, le espetaron: «Azkuna, como eres un poco picón, esperamos que no te piques». Asimismo, aclararon que no quieren que el veterano primer edil desaparezca, sino que retorne de las vacaciones con un talante más conciliador, menos agresivo hacia ellas.

Antes de que la canastilla emprendiera viaje, introdujeron la tarjeta de embarque. «No te piques, que te lo regalamos con mucho cariño», repitieron entre risas. A continuación, procedieron a quitarse las camisetas negras con el lema ``Aste Nagusia defendatuz!!'', mostrando sus otras prendas que no son otras, durante nueve jornadas, que las camisolas multicolores de sus comparsas.

Poco antes de la obligada despedida, quisieron dedicarle al alcalde la canción de Kiko Veneno ``Volando voy, volando vengo'', para dejar claro el espíritu de su campaña reivindicativa, siempre desde un punto de vista irónico.

Una vez entonada la popular canción, soltó amarras la canastilla con el simpático muñeco y se perdió en el cielo encapotado. Lo cierto es que los grandes globos multicolores alcanzaron altitud ante el asombro de los presentes, que no dejaron de sonreír por la iniciativa guasona de Bilboko Konpartsak.

«¡Que majo, se ha dejado llevar!», manifestaron otra vez en todo irónico. Entonces, los payaros anunciaron a bilbainos y foráneos que, en el ecuador de Aste Nagusia, había mucho aún que disfrutar, por lo que invitaron a todos y todas a proseguir con la fiesta. «La última ronda la ha dejado pagada el alcalde», añadieron para, a renglón seguido, animar a sumarse a la kalejira que arrancó junto al escenario mientras al viajero era ya difícil distinguirle en el cielo cubierto de nubes.