Dos protagonistas en la primera victoria de la temporada
La tarde de Agirretxe y Griezmann
El delantero lamentó que el error del asistente le impidiera convertirse en el primer realista en marcar un hat-trick en Primera desde el logrado por Craioveanu el 12 de mayo de 1996 ante el Albacete. El centrocampista agradeció la libertad con la que jugó todo el partido.
Joseba ITURRIA
Imanol Agirretxe y Antoine Griezmann fueron los grandes protagonistas en el primer partido de la temporada en Anoeta. El delantero marcó los dos goles de la victoria sobre el Celta y el de Mâcon se exhibió en su nueva posición más centrada.
Agirretxe lamentó que el asistente le anulara un tercer gol que le hubiera permitido convertirse en el primer realista en lograr un hat-trick en Primera desde que el 12 de mayo de 1996 Gica Craioveanu lo consiguiera en el 8-1 ante el Albacete, aunque el que fue a quedarse con el balón fue Unai Emery, que marcó otro en su despedida de Anoeta como jugador blanquiazul.
En Segunda Carlos Bueno marcó tres en el partido que sentenció el ascenso en Cádiz y en Copa Kovacevic los logró en la 97-98 ante el Xerez (4-2), pero son más de 16 años sin un hat-trick en Primera y el usurbildarra admitía que «si hubiera sido válido estaría mejor, pero estoy contento porque me he encontrado bien. Hemos entrado mucho por banda y me ha favorecido para mis remates el estilo de juego del equipo».
Agirretxe, que ya marcó dos goles en el primer partido de la pasada temporada en Gijón, confirma que es un buen profesional y que no se descuida en verano para llegar bien a las pretemporadas y a los inicios ligueros, en los que siempre es el máximo goleador del equipo. Destacaba que «en la pretemporada hemos hecho un buen trabajo, nos hemos preparado bien y hemos notado que llegamos fuertes al inicio de temporada».
Un comienzo pletórico
El otro jugador que ha demostrado estar por encima de sus compañeros en la pretemporada y en los dos primeros partidos de Liga es Antoine Griezmann, que se mostró muy contento con la nueva demarcación que le ha buscado Montanier para ofrecer su gran nivel.
El de Mâcon admitía tras su primer partido oficial de volante que «he disfrutado con mucha libertad y con más opciones de llegar a la portería», aunque para apoyar la intención de su técnico de utilizarlo en diferentes posiciones añadía que «me gustan todos los puestos mientras esté jugando».
Tras el partido no ha habido coincidencia a la hora de poner un nombre a la posición en la que jugó y se le ha situado como media punta. La Real sí jugó con un 4-2-3-1 en el Camp Nou, con Markel y Elustondo a la misma altura para contrarrestar a Xavi y Cesc e Illarramendi de media punta, pero ante el Celta la forma de jugar fue más encajable dentro de un 4-3-3 porque Markel jugaba por detrás de Illarramendi y Griezmann, que estaban a la misma altura emparejados con los dos pivotes del Celta, Borja Oubiña y Álex López. Lo que sucede es que uno de los dos volantes siempre es más ofensivo que el otro. El año pasado Zurutuza lo era y Aranburu apoyaba más al pivote defensivo y ante el Celta lo que hizo Montanier fue emparejar a Griezmann con Oubiña, que era el pivote más defensivo del Celta, mientras que Illarramendi jugó en muchas fases en la izquierda para emparejarse con Álex López, que era el encargado de dar inicio al juego ofensivo del Celta. Por eso el mutrikuarra retrasaba más su posición, daba una salida a su equipo y apoyaba a Markel.
Más allá de ponerle un nombre u otro, lo cierto es que Griezmann jugó de lo que le dio la gana, con una movilidad constante que hizo mucho daño al Celta, pero que también planteó problemas a Markel y, sobre todo, a Illarramendi, que era el que más campo tenía que cubrir. El mutrikuarra tuvo que ser sustituido tras ver una tarjeta en una acción en la que debió evitar la utilización de las manos, y Markel y Griezmann acabaron muy justos físicamente.
La mejor noticia llegó con los 35 minutos en los que jugó Rubén Pardo, que no solo demostró su talento y calidad a la hora de jugar el balón. Se mostró agresivo en varias disputas y si físicamente da ese nivel aumentará su presencia en el campo.
El problema para todos los jugadores ofensivos es que hay muchos de calidad para los cinco puestos más adelantados y esa competitividad debe mejorar el nivel del equipo.
La Real comenzará a preparar a las cuatro de esta tarde la visita del sábado al Mallorca. La vuelta a Zubieta permitirá comprobar la evolución de Iñigo Martínez y Zurutuza de los problemas que les han impedido debutar esta temporada.
En la sala de prensa de Anoeta destacó tras el partido que tanto Montanier, sin que nadie le preguntara, como todos los jugadores resaltaran el apoyo del público. La periodista de la web de la Real que entrevistaba a los blanquiazules les preguntaba por la afición y por la gran trayectoria del equipo en Anoeta en todo el año 2012 y todos agradecieron el apoyo de la grada, especialmente, tras el 0-1.
En esa línea, el capitán Xabi Prieto y Antoine Griezmann casi coincidieron al manifestar que «al equipo le gusta jugar en Anoeta, se siente cómodo ante su afición. Lo que hay que trasladar es el juego que hacemos en Anoeta a campos como el del Mallorca para dar un paso adelante y mejorar».
La afición está ilusionada y quedó satisfecha con el nivel ofensivo en el primer partido de la Real, a la que apoyó en los peores momentos. Pero hubo un detalle desagradable cuando un sector de la grada pitó al salir Gorka Elustondo en sustitución de Agirretxe. Era el primer partido que se jugaba en el estadio después de que Mikel Aranburu fuera homenajeado en una retirada prematura precipitada por su deseo de salir antes de ser pitado en su campo. Ese día el azpeitiarra pidió en sus últimas palabras ante su público que se apoyara a sus compañeros y el sábado algunos no le hicieron caso.
Muchos no entendieron el cambio de un jugador defensivo por un delantero, pero la forma en la que acabó el partido once minutos después con calambres Griezmann demostró que era el acertado para defender un resultado a favor. Joseba ITURRIA