Texto: Josu GANUZA  Fotografías: Iñigo URIZ y Jaboba MANTEROLA | ARGAZKI PRESS

La Nafarroa que hoy conocemos guarda en su interior innumerables riquezas admirables de ver y que quizá no sean tan conocidas y comercializadas como el Castillo-Palacio de los Reyes de Nafarroa de Erriberri o la Ciudadela de Iruñea. Son construcciones que muestran el esplendor e importancia de un reino que antes de haber sido conquistado fue más que reconocido a lo largo y ancho de la vieja Europa y que vivía en la constante amenaza de los reinos vecinos, quizá los peores vecinos que podría tener un pueblo tan pequeño. De norte a sur son innumerables las fortificaciones que se pueden contar y visitar, aunque algunas de ellas aún estén bajo tierra. Un breve paseo por algunas de ellas resulta más que interesante.

Palacio Jauregia de Irurita

En el corazón de este pueblo de Baztan se encuentra un palacio llamado Jauregizuria. Comenzó a construirse a finales del siglo XIV y fue propiedad de Pedro Periz. Se trata de uno de los palacios «Cabo de Armería» que tan habituales eran en Nafarroa en aquella época. Sobre estas edificaciones Yanguas y Miranda recogió que: «Los dueños de los palacios de Cabo de Armería se titulaban también caballeros gentileshombres cabos de linaje, esto es primogénitos o cabezas de casas nobles». Además, los propietarios estaban exentos de pagar donativos.

El palacio Jauregia de Irurita está construido con piedra. El actual dueño del edificio es José María Hualde, quien decidió abrir las puertas del edificio para que los visitantes pudiera disfrutar de la historia de Baztan y Nafarroa. La torre de piedra de tres plantas es el elemento más antiguo de Jauregizuria. Tres eran las funciones de esta edificación medieval: cuidado de los animales, vivienda y torre de defensa. El edificio contiguo data del siglo XVIII. En aquella época, la función militar de los palacios desapareció y pasaron a ser viviendas de nobles. Es por ello que estéticamente choca con la torre. Esta vivienda barroca sirvió para ampliar la fortaleza como consecuencia del cambio social y económico vivido en aquel siglo.

La visita que ofrece Hualde nos permite revisar los entresijos del edificio y la familia. Se muestran elementos personales de la época como camas o cunas y un sinfín de documentos que reflejan el peso de la familia a lo largo de los siglos. Tiene página web: www.palaciojaureguia.com. Además recoge una exposición de arte contemporáneo que ha sido cedida al Museo Artium de Gasteiz, compuesta por las obras que no se encuentran en la capital de Araba.

Castillo de Tebas

Si bajamos a las proximidades de Iruñea, a 14 kilómetros, en la merindad de Zangotza encontramos el castillo de Tebas, o el castillo que resultó ser un palacio. Y es que, a pesar de que tradicionalmente se le ha conocido como castillo, las obras realizadas a lo largo de la última década dejaron a la vista que era un palacio, el de Teobaldo II. Se dice que su función era controlar el paso entre Iruñea y el castillo de Erriberri. Fue destruido en 1378 por las tropas castellanas por el valor que tenía en la economía del reino de Nafarroa, ya que servía como Archivo Real y archivo de la Cámara de Comptos.

Hoy en día solo quedan los muros de un edificio, que fue reconstruido al menos dos veces. Las numerosas excavaciones demuestran que la colina en la que se sitúa habría estado ocupada allá por el siglo XIII a. C., en la Edad de Hierro. Después del ataque castellano habría sido reconstruido en 1445 para terminar ser quemado en la famosa batalla de Noain de junio de 1521, que supuso, a la postre, la caída de Nafarroa como reino. Después habría servido de cobijo a los franceses en la Guerra de la Independencia de 1812.

Desde entonces ha estado abandonado. En 1995 fue declarado Bien de Interés Cultural y ya en 2005 el consistorio de Tebas-Muru Artederreta lo adquirió para iniciar la recuperación de las ruinas. Desde 2008 se puede visitar la parte central del edificio: la puerta de acceso, el patio y otras partes del edificio como lo que pudieron ser las cocinas. Las paredes que quedan en pie trasladan a una época dorada para Nafarroa y hacen imaginar a los visitantes cómo era aquella fortaleza que tanta importancia tuvo. Además, desde la colina se puede disfrutar de unas magníficas vistas, ya que se puede ver gran parte de Iruñerria.

La torre de Olkotz

Cerca de Tiebas se encuentra Olkotz. Este pueblo dispone de una torre vigía y que pudo servir para transmitir información a otras torres cercanas. La constante amenaza del reino castellano obligó a Nafarroa a construir edificios de estas características. En la Guerra de la Independencia, las tropas de Espoz y Mina le prendieron fuego cuando en ella se cobijaban los soldados de Bonaparte. Sobre su origen poco se sabe, ya que aunque algunos la datan en el siglo XVI, hay rastros que evidencian que en el XIII ya existía.

Pero más allá de su función militar, esta construcción es admirable por su carácter cultural. Y es que, a pesar de haber sufrido y sobrevivido a más de una batalla, la decoración externa aparece prácticamente intacta.

En octubre de 2010, el Gobierno español decidió iniciar su restauración, con una inversión cercana al medio millón de euros. El edificio que está próximo a inaugurarse albergará la sede principal del concejo, además de una zona para uso público.

Castillo de Martzilla

El monumento más importante de la localidad de Martzilla es su castillo, y quizá también uno de los más importantes de Erribera. Aunque su primer uso fue el de fortaleza defensiva, pronto se convirtió en residencia o palacio de los nobles del XVI. Después pasó a manos de los jauntxos. Se dice que este castillo albergó en su interior la espada del Cid, la famosa Tizona. Al parecer, en la época medieval, en la fachada exterior había tallados «arrano beltzas» que tras la batalla de Navas de Tolosa habrían sido sustituidos por las cadenas de Sancho el Fuerte.

El edificio ha sido restaurado y reconstruido recientemente por el Gobierno de Nafarroa y se ha reconvertido en Centro de Interpretación del Medio Rural. A lo largo del verano se han ofertado diferentes visitas guiadas a esta fortificación construida a principios del XV. Además , su interior alberga el Ayuntamiento, la biblioteca pública y hasta la escuela. Un acto a tener en cuenta, y que se celebra anualmente en los fosos del castillo, es el Campeonato Mundial de Lanzamiento de Rabiosa (azada) que se celebra el domingo de las fiestas de agosto de Martzilla. El récord lo ostenta el vecino de Figarol David Miqueleiz, quien envió la azada a nada menos que 37,60 metros.

Las cuatro fortalezas nombradas están recogidas junto a otras quince en la Ruta de los Castillos y Fortalezas de Nafarroa preparada por Turismo.