El peor arranque defensivo de su historia
Otros cuatro goles en contra y que pudieron ser más dan idea de por dónde flojea el equipo de Marcelo Bielsa en este arranque de temporada. Anoche, en las garras del «Tigre» Falcao, los leones fueron gatitos. El «Loco» tiene mucho trabajo por delante.
ATLÉTICO 4
ATHLETIC 0
Joseba VIVANCO
El Athletic no recibía más de siete goles en las dos primeras jornadas de liga desde hacía 31 años. Con esos 9 goles en contra ya, iguala el peor arranque defensivo de toda su historia en Primera División. Marcelo Bielsa sigue teniendo un reto. Y vaya reto. El Atlético era una verdadera piedra de toque del actual nivel de los leones y no la `konparsa' finlandesa de hace unos días. Y el Athletic naufragó. Y sus futbolistas, uno por uno, naufragaron. Algunas ausencias siguen pesando mucho. Demasiado. Y lo irremediable es que no sabemos hasta cuándo habrá que convivir con ellas, por mucho que ayer el responsable deportivo de Lezama, José Mari Amorrrortu, dijera en el Vicente Calderón que «vamos a tratar de que tanto Javi como Fernando sigan con nosotros».
Un equipo, cualquier equipo, se sustenta antes de nada en su fortaleza defensiva y este Athletic de inicio de temporada parece empezado por el tejado en lugar de por los pilares. La pareja de centrales no ofrece garantías y la presión que los jugadores habrían imprimido en su ADN se ha esfumado. Habrá que confiar en que todo sea cuestión de rodaje, de tiempo, de...
Como si de un partido de patio de colegio, el Athletic sacó de inicio y el Atlético se echó encima de él. Fueron algo más de cinco minutos en los que los colchoneros sacaron tres córners y pusieron en serios aprietos a la zaga que anoche jugaba de negro. Y muy negro se le presentaba un ya complicado choque a priori, en la que un Atlético de cemento armado de medio campo hacia atrás, salía con rapidez con cada recuperación de balón, fiando su potencial goleador a un Tigre Falcao que nunca falla y menos ante los leones: dos dobletes y una tripleta en sus tres últimos enfrentamientos oficiales con los bilbainos. Más que un tigre, una bestia negra para los vascos.
En eso basa y en eso basaron todo su juego los madrileños, tan fácil como eso. Y sin salirse un ápice del guión marcado por el Cholo, bastó para taponar por dentro y por fuera y sentenciar a un Athletic que transmite muy malas sensaciones. Ayer quizá era un partido más para Toquero, en lugar de un Aduriz que fue un islote en el archipiélago bilbaino. A Susaeta ni se le vió, menos incluso que a Isma López, y la pareja De Marcos-Herrera nunca pudo con el tridente de los Mario, Gabi y Koke que mordían con su aliento.
Mandaron los de Simeone, siempre tuvieron la batuta del partido, mientras se veían incapaces los de Bielsa de poner en aprieto alguna a Courtais. En el minuto 27 mandó alto, con intención Herrera, la única opción de peligro de la primera mitad. Un Ander fuera de onda y cuyo golpeo con rabia del banquillo al ser sustituido en la segunda mitad lo dice todo sobre su impotencia personal y la de todo el equipo anoche.
Entre tanto, Radamel Falcao se bastaba y sobraba para sacar los colores a un desafortunado Mikel San José o a quien se le pusiera delante. Marcó el primero en un balón recibido de saque de banda, el navarro le hizo el pasillo con clarinetes y timbales y a la red. El segundo, otro de matador. Del Athletic, ni noticias adelante. Y eso que mandaba en la posesión del balón, inútil esta vez posesión del balón.
Cambios y Falcao sentencia
Y de nuevo, al vestuario, Bielsa mandó a parar. San José y Susaeta fuera, Ibai y Muniain dentro. Otra vez el efectó dominó y en la defensa Iturraspe junto a Gurpegi, De Marcos a la banda. Un gol podía meter a los visitantes en el partido, pero ni por esas. El Tigre no perdía bocado. Esta vez, un penalti por mano involuntaria de Gurpegi permitió al colombiano hacer el tercero a los diez minutos. El partido estaba cerrado y casi lo certifica poco después, con paradón incluido de Gorka. O el doble palo de un posterior cabezazo de Miranda. El encuentro se hacía demasiado largo. Y el Athletic se hacía pequeño. Incluso a pesar de estirarse algo hacia la meta de un inédito Courtais y de que Simeone empezara a pensar más en la Supercopa europea del viernes ante el Chelsea, los de Bielsa nunca pudieron. Fueron víctimas de ellos mismos.
Demasiado marcador en contra, demasiado cemento armado en la escuadra colchonera. Solo una vez encontró una fisura el Athletic en una ocasión errada por Isma López. Era el 73 de partido. Para ese minuto, Falcao había rematado ya ocho veces a Iraizoz, seis de ellas entre los tres palos. Se marchó el colombiano, pero fue igual. Iraizoz salvó un par de goles más, pero no pudo con el chutazo por la escuadra de Tiago en el 84. La puntilla. El desbarajuste defensivo era un esperpento. Nos reímos del rigor defensivo del HJK, pero esta vez la konparsa fue el Athletic. Marcelo tiene un reto y menudo reto.