Vuelta 2012
Cummings remata una fuga de lujo
El británico del BMC, procedente de la pista, fue el más fuerte de la primera escapada que logra tener éxito en la presente edición.
Jon ORMAZABAL
Con un recorrido tan «peculiar» como el de la presente edición de la Vuelta y la superioridad que el alemán John Degenkolb ha mostrado en el sprint en esas etapas que no han tenido un muro en sus últimos kilómetros, los aventureros no habían tenido ninguna recompensa en la presente edición de la Vuelta. En aparente transición al «tríptico» que espera a los corredores en los tres próximo días, la de ayer parecía otra etapa adecuada para que el velocista del Argos Shimano luciera su punta de velocidad, pero el guión no siempre se cumple y Stephen Cummings (BMC), otro británico procedente de la pista, se cargó los pronósticos al culminar la primera escapada que ha tenido éxito en esta Vuelta.
Eso sí, para que la primera aventura lejana obtuviera éxito, tuvieron que juntarse un grupo de siete selectos rodadores -Juan Antonio Flecha (Sky), Linus Gerdemann (Radioshack), Thomas De Gendt (Vacansoleil), Simon Clarke y Cameron Meyer (Orica GreenEdge), Stephen Cummings (BMC) y Elia Viviani (Liquigas Cannondale)- que fueron capaces de superar la resistencia del pelotón, que ayer tampoco estaba dispuesto a conceder alegrías, por mucho que parecía la jornada perfecta para dejarse llevar y que los líderes recuperasen fuerzas de cara a las jornadas decisivas.
Esta vez no había muros, ni repechos, solo algo de viento y mucho respeto por lo que se avecina pero no por eso hubo tregua. Aprovechando el sinuoso trayecto gallego, la fuga del día se fraguó en torno al kilómetro 40, con este nutrido grupo de rodadores cuya solvencia les daba esperanzas de victoria.
Buen entendimiento
A pesar de la superioridad numérica australiana del GreenEdge, de la presencia de un magnífico sprinter como el italiano Viviani y de los intentos por detrás de equipos como Astana para filtrar a alguno de sus corredores entre los escapados, el grupo de fugados se entendió a las mil maravillas, lo que les permitió plantar cara al trabajo que por detrás planteó Argos.
El pestoso y sinuoso perfil de las carreteras gallegas también colaboró en el éxito de la fuga, ya que el pelotón fue perdiendo unidades y las fuerzas quedaron bastante parejas. La fuga no llegó a pasar de los 3.50 de ventaja que tuvo en torno al kilómetro 70, pero por mucho que pareciera que no iba a ser suficiente, la escapada terminó cuajando.
De hecho, con la colaboración del Lotto, Argos consiguió que la renta fuera inferior al minuto a falta de poco más de 20 kilómetros de meta, pero se toparon con un duro repecho que dejó al equipo de John Degenkolb con muy pocos efectivos para mantener la disciplina que habían tenido en la parte final de la etapa. Además, una carrera más estrecha y resguardada también jugó a favor de los aventureros.
En esta tesitura, los fugados entraron a los seis últimos kilómetros con una diferencia ligeramente superior al medio minuto, una renta que no les aseguraba nada pero que les permitía comenzar a pensar cada uno en sus opciones de victoria. Elia Viviani era el más interesado en una llegada conjunta, pero el ataque de Juan Antonio Flecha lo dejó sin respuesta, descolgándose incluso de sus compañeros de fuga. Stephen Cummings fue el primero en responder al ataque de su excompañero en el Sky, demostrando que era el más fuerte, pero acercando peligrosamente a los dos Orica GreenEdge.
Sin embargo, en otro repecho, Cummings, subcampeón olímpico de persecución en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y del Mundo un año después, en 2005, pegó el que a la postre sería el ataque definitivo. Pilló a Flecha -que al término de la etapa reconoció que tenía esta llegada marcada en rojo- a contrapié y se presentó en la línea de meta de Ferrol en solitario.
El director de la Vuelta Ciclista a España, Javier Guillén confirmó ayer que la próxima edición de la ronda, la de 2013, arrancará en las Rías Baixas, concretamente en la costa de Pontevedra.
El alemán del Radioshack ha renovado por un año más con el equipo estadounidense a pesar de que había dicho que esta sería su última temporada. «Después del Tour decidí que seguiría pero tenía que decidir si hacerlo en Saxo Bank, Sky y Radioshack, pero nunca he cambiado de equipo por unos dólares más», relató.
Tras dos semanas en las que los cuatro favoritos siguen dentro de menos de minuto y medio de diferencia, la Vuelta entra hoy en su fase decisiva con el tríptico asturiano, tres jornadas consecutivas de llegadas en alto importantes: Ancares, Lagos de Covadonga y Pajares (con el temible e inédito Cuitu Negru).
Antes de ese infierno, hoy llega la etapa entre Palas do Rei y Puerto de Ancares. El primero de tres finales en alto consecutivos a cual más duro. Si bien no termina en la cima del puerto, será un día difícil para los ciclistas. No por la acumulación de grandes cumbres sino por transitar por un terreno altamente exigente.
El puerto de Ancares se descubrió al gran público en la pasada edición de la Vuelta, en la que se incluyó en la etapa que llegaba a Ponferrada y que concluyó con la victoria de Michael Albasini. La de hoy será una etapa corta, 152 kilómetros, pero muy dura, ya que cuenta hasta con cinco dificultades montañosas y, al final, otra llegada en alto donde el año pasado hubo un interesantísimo combate entre Juanjo Cobo y Joaquim Purito Rodríguez.
Tras seis kilómetros de descenso en el penúltimo puerto, comienza la ascensión a Ancares. Restarán 17 kilómetros para la meta, todos ellos en subida. A falta de diez comienza lo realmente exigente.
La segunda jornada de este tríptico no necesita presentación. Saldrá desde La Robla (León) y llegará a los Lagos de Covadonga, uno de los mitos de la ronda española. Esta llegada se estrenó en 1983, con victoria de Marino Lejarreta. Se asciende una vez cada dos años o, a lo sumo, tres. Es como el Tourmalet de la Vuelta, una de las jornadas de más expectación, con el publico asturiano siempre adyacente a los ciclistas. En Covadonga han ganado desde Perico Delgado a Lucho Herrera, pasando por Laurent Jalabert, Álvaro Pino o Pavel Tonkov. Allí no gana cualquiera.
Para el final del mencionado tríptico queda el diabólico Cuitu Negru. La pista de 2,8 kilómetros que va desde Brañillín hasta la cima, donde concluirá la etapa reina de esta Vuelta 2012, ni siquiera era apta para la subida de los vehículos hasta hace una semana. Es una auténtica pared.
La historia de esta cumbre es similar a la de L'Angliru, su gemela asturiana. Fue a finales del año pasado cuando el Club Puerta de Asturias propuso que en el proyecto de mejora de Pajares se acometiera el asfaltado de la pista hasta el mencionado Cuitu Negru. GARA