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Debate sobre las corridas en Euskal Herria

Toros, entre la afición, el negocio y la polémica

Las corridas de toros y su porvenir han ocupado páginas y páginas durante las últimas semanas. Argumentos a favor y en contra desde los más diversos enfoques. Una polémica con múltiples caras -ética, ideológica, económica...- y otras tantas opiniones.

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Imanol INTZIARTE

Entre la crisis económica y la crisis de afición. Los taurinos culpan a la primera del descenso de asistencia a las plazas y aseguran que este espectáculo es, pese a todo, un importante motor económico. Los antitaurinos, por contra, defienden que es un negocio deficitario que sobrevive gracias a las ayudas públicas.

Probablemente nadie sea el poseedor de una única verdad. La crisis económica global se suma a la crisis particular de una oferta de ocio cara y con una gran competencia. Como sucede con los medios de comunicación, el mundo del toro se enfrenta a un cambio de paradigma. Si bien es un asunto poliédrico, en estas líneas trataremos de ofrecer unas pinceladas desde el punto de vista de las cifras.

Según mundotoro.com, en el Estado español se ha pasado de un techo de 2.313 festejos mayores en el año 200, a los 1.307 de 2011. «Sectores opositores, agotado quizás el discurso animalista, acuden ahora con frecuencia a los criterios económicos para contradecir el desarrollo y el futuro de la fiesta. Respetando todos los puntos de vista, la realidad contradice ese criterio: el retroceso del número de espectadores y de espectáculos taurinos no es síntoma de ninguna decadencia; lo que único que demuestra es que por la crisis económica general en el bolsillo del aficionado hay menos dinero», defiende el periodista Antonio Petit en la web taurologia.com.

Pero no es solo eso. Antonio Lorca, periodista de "El País", publicaba el pasado 7 de agosto un artículo con un titular contundente: «La fiesta del toro se desploma». En el texto citaba como causas «la pérdida de identidad, la indiferencia política, la huida de los espectadores, las dificultades económicas de empresarios y ganaderos, la subida del IVA, la peligrosa desunión de los sectores taurinos y el insolidario personalismo de las figuras». Lorca añadía que este sector genera en el Estado español 2.500 millones de euros anuales, el 0,25% del PIB, y que ofrece trabajo a unas 200.000 personas.

Iruñea, éxito garantizado

La Monumental de Iruñea es la excepción que confirma la regla. Sus cerca de 20.000 localidades se llenaron día sí y día también en la pasada feria sanferminera. Juega en su favor su carácter especial, único en el mundo, merced al jolgorio de las peñas. Pertenece a la Casa de Misericordia, institución fundada en 1706 para acoger a las personas ancianas, principalmente a las que no disponen de recursos ni familia o se encuentran en situación de exclusión social. En 1920, tras el derribo de la vieja plaza, el Ayuntamiento no disponía de los fondos necesarios para construir una nueva. La Misericordia, mediante la emisión de obligaciones, fue la que se hizo cargo de ello.

Entrevistado por el periodista Koldo Larrea en la web torosennavarra.com, el presidente de la Comisión Taurina de la Misericordia, José María Marco, subrayaba tras los sanfermines del pasado julio que «el resultado económico ha sido bueno», si bien reconocía que «seguimos con los mismos precios desde 2008. Ha sido la quinta feria con el mismo precio, y esto se tiene que notar». La ocupación media, según sus datos, fue del 97% del aforo.

La de Bilbo es la segunda feria en importancia. Vista Alegre cuenta con un aforo cercano a las 15.000 localidades. En la recién terminada Aste Nagusia los claros en las gradas han sido mayores que nunca. Ha perdido en global unos 12.000 espectadores respecto a 2011, pasando de 78.000 a 66.000. Según publicó «El Correo», los ingresos por taquilla han bajado en 430.000 euros, aunque ha habido un superávit que ronda los 600.000 euros porque tanto toreros como ganaderías han ajustado sus honorarios.

No han sido las únicas medidas. Por ejemplo, el diestro madrileño Julián López, El Juli, financió el 50% del precio de las entradas a los más jóvenes para las dos tardes en las que actuó, los días 21 y 23 de agosto. La Junta Administrativa -conformada por el Ayuntamiento y la Casa de Misericordia- y su gerente la familia Chopera se sumaron a esta iniciativa y aplicaron ese mismo descuento a los menores de 30 años en otras dos tardes, pasando el precio de 32 euros a 16. Se busca savia nueva para los tendidos.

La plaza de Baiona cuenta con 11.000 asientos. También es gestionada por los Chopera. En este curso ha programado cuatro corridas -dos en agosto y dos este fin de semana, en la denominada Feria del Atlántico-, amén de una de rejones y otros festejos menores. En 2011 fueron siete corridas, seis en 2010. Su déficit económico ronda el millón de euros en el último lustro.

El alcalde Jean Grenet, taurino confeso, sacó la tijera: «Los toreros y ganaderos que pidan más de 60.000 euros por festejo tendrán que consentir la disminución del 20% de sus honorarios». Olivier Baratchart, miembro de la Comisión Taurina, explicó el pasado enero que la de 2011 «económicamente fue una temporada nefasta. Hubo tres días que con figuras no se llegó a hacer ni la mitad del aforo». Este curso tampoco se llegó a la media entrada en la corrida del 4 de agosto. Un día más tarde, con el mediático Juan José Padilla en el cartel, se alcanzaron los tres cuartos. Otro tanto ocurrió en las corridas de ayer y anteayer.

Donostia y Gasteiz, las más modernas

Tampoco pintan mejor las cosas en Donostia. Illunbe, con un aforo de unas 10.000 personas, a duras penas ha superado la media entrada en alguno de los siete festejos programados. El Ayuntamiento ya ha anunciado que no renovará el contrato de gestión, ni con los Chopera ni con ninguna otra empresa. Los hasta ahora gestores aseguran que en 14 temporadas se ha generado un impacto económico de 117 millones de euros. Se habla asimismo de 8 millones de euros ingresados por la Diputación en concepto de IVA. En el otro lado de la balanza, el "precio de amigo" en el alquiler. Los Chopera pagaban 10.000 euros por toda la semana, cuando la tarifa establecida para cualquier espectáculo es de 6.800 euros diarios más el 6% de lo recaudado por entradas si lo ingresado por este concepto supera los 15.000 euros.

Similar a Illunbe en cuanto a estructura -con cubierta retráctil y capaz de acoger otras actividades- es el Iradier Arena, en Gasteiz. Inaugurada en 2006, cuenta con un aforo de casi 8.000 localidades. Es de titularidad municipal y está gestionada por la empresa Iniciativas Taurinas (IT). La feria veraniega ha constado de tres corridas de toros, una de rejones y una novillada. En ninguno de los festejos mayores se ha superado un tercio de entrada. El contrato con IT está firmado hasta 2015. Uno de sus directivos, Carlos Rodríguez, asumía sin entrar en cifras que «han faltado espectadores en la plaza. Una de nuestras tareas primordiales de cara al próximo año es buscar más público, como mínimo un 30% más».

Hay más plazas y festejos en el resto de la geografía vasca. La mayoría en Nafarroa. Localidades como Tutera, Fitero, Lizarra, Corella, Tafalla, Cascante, Lodosa, Zangoza o Cintruénigo tienen cosos estables en los que se celebran espectáculos con toros. En Gipuzkoa hay otras tres plazas, Azpeitia, Tolosa y Eibar; si bien solo la primera tiene actividad, con notable éxito, por cierto. Además, destacan las novilladas de Deba y Zestoa. Esta última ha sido noticia después de que el Ayuntamiento consultase a sus ciudadanos, que decidieron mantener una tradición que tendrá dos citas los días 8 y 9 de setiembre.

En Bizkaia está el coso de Orduña, con un millar de asientos. El Club Taurino Ochomayo organiza su corrida anual. Es la localidad natal de una de las estrellas del escalafón, Iván Fandiño. También se organizan novilladas en la de plaza de El Suceso, en Karrantza.

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