El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, pidió ayer que «se dé marcha atrás» a la fusión de las tres cajas vascas para evitar que «una ley española» decida «qué tipo de banco» debe ser Kutxabank.

En una entrevista concedida a Europa Press, Muñoz se mostró «muy preocupado» por los movimientos en el sector, como la aprobación de la reforma financiera, e interpretó que «el tiempo ha dado la razón a ELA» en su oposición a la fusión de las tres cajas vascas para hacer un banco. Fue un gravísimo error», afirmó.

Para el dirigente sindical «resulta evidente» que «las leyes españolas, con orientación del Banco de España, deciden en la actualidad qué modelo de banco va a ser en el futuro». Esto es así -según Txiki Muñoz- «hasta el punto de que si Euskadi quiere tener unas Cajas que tengan algo que decir», respecto a «las necesidades de crédito de la economía vasca», se debería «dar marcha atrás a lo que se ha hecho».

El máximo responsable de ELA señaló que «si hay mayorías políticas que están preocupadas y no están de acuerdo en que una ley española decida que el comportamiento de Kutxabank va a ser similar al de otros bancos y que vamos a una banca con capital privado, que se dé marcha atrás a las decisiones que se han adoptado en las asambleas». Muñoz recordó que la integración financiera logró el apoyo de Bildu, «en su último episodio, y, en función de lo que uno lee, tiene que pensar que Bildu se ha arrepentido».

Sin embargo, el dirigente sindical no criticó al presidente de Kutxabank, Mario Fernández, que se comprometió con Bildu a mantener en manos públicas el banco, a respetar el marco de relaciones laborales vasco y la garantía del reparto del 30% de los beneficios a la Obra Social, entre otros elementos, pero que están en el aire ante los últimos ajustes aprobados en las asambleas.

Tejido productivo

A juicio de ELA, en la actual coyuntura «hace falta un tejido productivo y financiero con control, y con objetivos de economía real». Muñoz destacó que en vez de «tejer banca pública, que es lo que se necesita», se ha optado por «ganar músculo a toda costa. No es solo el músculo lo que determina eso. Hoy estamos muy preocupados porque va a volver a ser la legislación española la que decida qué tipo de banco vamos a tener, y eso no tiene nada que ver con lo que unos y otros dicen defender», dijo.

Por este motivo pronosticó una concentración de poder financiero impresionante» con el consiguiente «control de todo», algo que «no tiene que ver con la democracia». «Si preocupa la economía real de nuestra sociedad, la alternativa a que el estado no decida que Kutxabank va a ser un banco privado, con capitalización privada y mando privado, es dar marcha atrás a lo que se ha hecho», concluyó.