Va por Dorothy
Iratxe FRESNEDA
Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
Ver caminar a Dorothy por el escenario del Kursaal para recibir el premio Donostia sería como darle brillo dorado a sesenta años de Zinemaldia. Probablemente acapararía más de una portada en informativos y diarios nacionales e internacionales. Dorothy. Pero también hubiesen podido ser Ocaña (y su retrato intermitente) o Hedwig (and the angry inch) o cualquier otra. Pero este año son Oliver Stone, Ewan Mc Gregor, Tommy Lee Jones, John Travolta y Dustin Hoffman. Que pocas cosas han cambiado en el mundo del cine. El último, Hoffman, flamante debutante como director y esplendido actor, irá en representación de Dorothy, supongo que ella estará ocupada trabajando en su serie y enamorando a médicos chiflados. «Tootsie». Una de esas grandes películas, inolvidables, en las que quizá, intencionadamente o no, el desaparecido Sydney Pollack planteaba la posibilidad de vivir como una mujer para ser mejor hombre. Eran los ochenta, hacía tiempo que el sistema binario de géneros se había puesto en duda y, en ese contexto, algunas películas comenzaban a poner sobre la mesa una crisis en la identidad masculina dominante que venía de lejos. La feminidad de «Tootsie», esa feminidad temporal, liberaba de alguna manera al protagonista de su masculinidad y de las constricciones sociales. Pero no nos engañemos, este tipo de cintas se creaban para el entretenimiento y probablemente sin ánimo de plantear una nueva visión de la sexualidad o de eso que llamamos género. Pudo ser un comienzo, nadie es perfecto. Mucho menos Hollywood ni el entramado de la industria cinematográfica que, continúa velando numerosas realidades y brindando pleitesía al statu quo.