Van Rompuy y Monti agitan la alarma del antieuropeísmo
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, propusieron celebrar en Roma una cumbre extraordinaria de la Unión Europea que haga frente al creciente descrédito de la Unión y de sus instituciones. Monti lanzó la alarma de que la Unión Europea se encuentra en una situación peligrosa en la que los «populismos» y el «antieuropeísmo» crecientes en los países miembros pueden disgregarla.
GARA |
El creciente descrédito de las instituciones europeas, que las políticas de recortes sociales impulsadas desde la UE han hecho aumentar entre los ciudadanos de sus estados miembros, ha encendido las alarmas de sus dirigentes, que quieren recomponer la imagen europeísta.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, propusieron ayer la celebración en Roma de una Cumbre extraordinaria de la Unión Europea (UE) para contrarrestar lo que consideraron un creciente sentimiento antieuropeo.
Así lo manifestaron Van Rompuy y Monti a los medios de comunicación tras su encuentro en Cernobbio, al margen de su participación en el Foro Ambrosetti, el evento que reúne al mundo de la economía y que se celebra cada año en esta localidad del norte de Italia.
Durante la reunión, ambos afrontaron el tema de la crisis y las medidas anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE) para aliviar la crisis de la deuda soberana, pero Monti también lanzó la alarma ante lo que considera otro peligro que amenaza Europa: «los populismos» y el «antieuropeísmo» que están intentado «disgregarla».
«La idea de realizar esta cumbre de la UE se ha hecho necesaria porque Europa se encuentra en una fase peligrosa donde el populismo está intentado desintegrarla», advirtió Monti.
«Viejas tensiones»
El presidente tecnócrata italiano aseguró que mientras se está perfeccionando la construcción europea, «las dificultades de la eurozona han sacado a la luz una creciente y peligrosa sensibilidad en una parte de la opinión publica de varios países que tiende al antagonismo y a considerar de manera diferente los pueblos del norte de Europa y los del sur y viceversa, así como han surgido viejos estereotipos y viejas tensiones».
«Sé que no es una reunión en la que se tomarán decisiones técnicas, pero a la larga será igualmente importante para el futuro de Europa», agregó Monti. Por ello, propuso que sea el Campidoglio de Roma, la sede para esta reunión de Jefes de Estado y de Gobierno, ya que en esta ciudad se firmaron en marzo de 1957 los Tratados de Roma, con los que dio el inicio la unión de Europa. El presidente del Consejo Europeo aplaudió la iniciativa de Monti y aseguró que se intentará proponer a los miembros de la UE para su celebración antes de 2014, aunque deseó que pueda ser lo antes posible.
«La integración de la UE es un problema actual, también relativo a los problemas financieros y sociales (...) por ello he acogido la idea del presidente Monti de celebrar una cumbre especial sobre el futuro de la unidad de Europa», dijo Van Rompuy.
El presidente del Consejo Europeo explicó que es conocedor de las críticas y de las oposiciones que existen en estos momentos, pero subrayó «los gigantescos esfuerzos de todos los países europeos y de las instituciones realizados con una solidaridad sin precedentes». Por otro lado, el presidente del Consejo Europeo alabó los recortes que ha iniciado Italia y aseguró que que se trata de un esfuerzo para el que se tendrán que realizar sacrificios ahora, pero que asegurará crecimiento y puestos de trabajo el día de mañana. «Y este trabajo hay que hacerlo con o sin el euro y con o sin la UE», añadió Van Rompuy.
Van Rompuy aseguró que antes de diciembre se podrá presentar el proyecto para una nueva arquitectura europea que está realizando junto con el BCE y la Comisión Europea, basada en la unión bancaria, fiscal, económica y una unión política más profunda.
Liberales y laboristas de los Países Bajos, unos apostando por la austeridad del modelo Merkel y los otros por el «crecimiento» de Hollande, han endurecido su discurso ante Europa ante las legislativas del próximo miércoles para ganarse a una opinión pública cada vez más hostil a Bruselas. En cualquier caso, ambos partidos no han dejado de insistir en que los Países Bajos no pueden pasar sin la UE. Los sondeos dan a los liberales entre 33 y 34 escaños de 150, y entre 29 y 32 a los laboristas. La izquierda que cuestiona las políticas europeas podría obtener entre 22 y 26 escaños, mientras la ultraderecha que pide la salida de la UE y el euro, quedaría debajo de sus actuales 24 representantes.
GARA