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Pablo Berger: «A lo mejor hago otra película muda y en blanco y negro»

GARA | TORONTO

El director bilbaíno Pablo Berger no descarta volver a hacer otra película muda y en blanco y negro tras el estreno en Toronto de «Blancanieves», un film que ha sido aplaudido por la audiencia norteamericana y la crítica internacional. Además de su selección para la Sección Oficial de la próxima edición de Zinemaldia, la película es uno de los tres títulos preseleccionados para representar al Estado español en los Óscar.

En declaraciones a Efe, Berger reveló el origen de la película, la segunda que dirige tras «Torremolinos 73» (2003), y que es una versión particular del cuento de Blancanieves situado en el mundo taurino de la España de los años 1920. «Hay un evento en mi vida en el año 1985 ó 1986 en el Festival de San Sebastián. Y un día, en el Teatro María Eugenia daban `Avaricia' de (Eric von) Stroheim con una orquesta en directo. Al ver esa película, sentí cosas que no había sentido viendo una película convencional entre comillas. Y ese día dije: algún día, haré una película muda. Y después de `Torremolinos 73', me acordé. Y tenía un tratamiento de 3 páginas también inspirado por una foto de Cristina García Rodero de su libro `España oculta' de ocho enanos toreros», continuó el realizador.

«Mezclando esa experiencia de San Sebastián, la foto de Cristina García Rodero y el hecho de que me gusta llevar la contraria, que siempre me gusta hacer lo que no debo, me dije voy a hacer una película en blanco y negro. En ese momento todo el mundo me decía, `Pablo, no se va a hacer nunca'. Aquí estamos en Toronto estrenándola», dijo con una obvia satisfacción.

«Blancanieves», cuyo estreno mundial se ha realizado en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), ha sido calificada por uno de los críticos de cine más conocidos de EEUU como digna de «los grandes directores de los años 1920».

Berger, que tardó ocho años en encontrar productor para filmarla, no descarta volver a hacer otra película muda y en blanco y negro. «Quién sabe, a lo mejor hago otra porque la verdad es que la experiencia es muy liberadora. Es algo mágico porque creo que el cine es imagen en movimiento, creo mucho en la poesía visual, creo mucho que la historia es el pastel de la película, el diálogo es como la nata», añadió.

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