El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, abogó ayer por convertir a la Unión Europea (UE) en una «federación de estados nación» con una creciente cesión de soberanía a Bruselas. Barroso estima que solo así podrá la UE hacer frente a los desafíos de los mercados y la globalización.

En su discurso sobre el estado de la Unión ante el pleno de la Eurocámara, afirmó que antes de los próximos comicios al Parlamento Europeo presentará un conjunto de medidas para reforzar la integración europea, un proceso que exigirá un cambio de Tratado.

El presidente de la CE admitió que Europa «continúa estando en crisis» y atribuyó el fracaso de todas las medidas planteadas hasta ahora a las «dudas» que generan los líderes europeos tras adoptarlas. A su jucio, los estados europeos, en solitario, no tienen suficiente influencia y defendió avanzar hacia la integración.

«Necesitamos acercarnos a una federación de estados nación, ese debe ser nuestro horizonte político», afirmó Barroso, quien aclaró que «no se trata de un `superestado' europeo, sino de una federación democrática de diferentes estados que pueda afrontar nuestros problemas comunes compartiendo soberanía».

Subrayó que «aunar soberanía no resta sino que se gana» y afirmó que «sería un error dejar la defensa de la nación en manos de nacionalistas y populistas» en estos «tiempos turbulentos y de ansiedad».

Para ese horizonte de una Europa federalizada, Barroso señaló una hoja de ruta cuya primera parada es la unión bancaria presentada ayer y que erige al Banco Central Europeo como supervisor único.

En otoño, la Comisión Europea presentará nuevas iniciativas para lograr una supervisión más estrecha de los presupuestos nacionales y seguir avanzando hacia la emisión futura de eurobonos.

A continuación, y antes de las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2014, Bruselas presentará iniciativas concretas para esa futura unión federal que exigirá un cambio de tratados.