Estudiantes de la UPNA, con una pancarta propia reivindicando su futuro, abrieron el paso a una manifestación que superó el millar de personas y que denunciaba los recortes brutales al estado del bienestar y a los derechos de los trabajadores. La protesta despertó los conflictos que, durante el verano, parecían haber quedado latentes. Las pancartas y los lemas defendieron la renta básica, la sanidad universal, la dignidad de los inmigrantes y también cargaron contra la tolerancia de UPN con los ERE que formulan las empresas, los despidos de interinos en función pública, la precarización de la Educación, las privatizaciones y los desahucios.

La protesta arrancó desde la vieja estación de autobuses y terminó frente al Ayuntamiento de Iruñea. A los lemas habituales de «Ahí está la cueva de Alí Babá» al pasar por la sede de CAN y «Obrero despedido, patrón colgao», se sumó ayer uno nuevo: «Barcina Kanpora, greba orokorra». Los manifestantes portaban numerosas pancartas entre las que destacaban los consejeros del Gobierno navarro con antifaz de ladrones. En el discurso con el que finalizó la protesta se denunció la complicidad del Gobierno de UPN con Madrid, secundando todas las medidas que atacan a los derechos sociales. «En Nafarroa se aplica lo mismo que en Madrid. Poco nos diferencia», afirmaron. «Exigimos que cesen los recortes y se hagan políticas sociales, porque la única salida es el reparto del trabajo y de la riqueza», proclamaron los manifestantes. Los presentes fueron críticos también con el gasto en el TAV, exigiendo que se dirijan los fondos a paliar las consecuencias de la crisis que padecen las clases desfavorecidas. Asimismo, cargaron contra las ayudas a la banca y «el dinero que desaparece en las cloacas del capitalismo». Asimismo, se acordaron de los 50.000 parados y la incapacidad de UPN de parar la sangría de empleos.