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Garbi�e Aranburu, Bea Martxueta Secretarias de acci�n sindical y negociaci�n colectiva, y de pol�ticas sociales de LAB, respectivamente

Contra la dictadura econ�mica, huelga general

Es mentira que con un modelo de relaciones laborales desregulado o con un sector p�blico d�bil se garantice un crecimiento econ�mico. Durante los �ltimos a�os han realizado varios recortes, todos en dicha direcci�n, y el paro sigue aumentando, no hay crecimiento econ�mico, las desigualdades aumentan, hay mayor pobreza...

Desde que comenz� la crisis nos resulta interminable la lista de reformas y de recortes. Es imposible realizar una valoraci�n y hacer una menci�n de todas las medidas que nos han impuesto. Lo que est� claro es que est�n cambiando tanto los modelos econ�mico y sociales como el modelo territorial. Nos est�n imponiendo un modelo capitalista m�s duro, si cabe, y sus costes sociales son enormes. Por otra parte, tambi�n est�n suprimiendo los limitados poderes de decisi�n que ten�amos en Euskal Herria. El Estado espa�ol ha decidido que es hora de finiquitar el modelo auton�mico y, por medio de decretos y leyes org�nicas, est� llevando a cabo un proceso de centralizaci�n y de uniformizaci�n.

Todas estas medidas tienen como objetivo la imposici�n de una dictadura econ�mica. Lo que en estos momentos est� en juego es si tambi�n en Euskal Herria se impone o no dicha dictadura. Las reformas van a condicionar nuestro futuro como pueblo y como personas trabajadoras; nos jugamos si se aplican Euskal Herria o, por el contrario, comenzamos a recorrer un camino propio. Como en 1978, estamos viviendo momentos decisivos, est�n produci�ndose y se van a producir cambios profundos, pero la cuesti�n es en qu� direcci�n se van a llevar a cabo: tenemos dos opciones, o por parte del estado y del autonomismo se repite el fraude del 78 y la jugada para garantizar los intereses de la �lite econ�mica, o se emprende el camino de la soberan�a.

En julio, cuando hicimos el llamamiento de huelga para el 26 de septiembre, lo hac�amos en el contexto del rescate del sistema financiero y el �Real Decreto Ley sobre las medidas para el impulso de la estabilidad�.

Para el rescate de la banca decidieron desviar 100.000 millones de euros de los fondos p�blicos; no es la primera vez. De esta forma hay menos dinero, o no lo hay, para impulsar el crecimiento econ�mico, para tener un sector p�blico fuerte, para hacer pol�ticas de creaci�n de empleo o para el desarrollo de servicios p�blicos. De ah� a un mes escaso, ha llegado el Decreto para cambiar el modelo de Estado: se ataca al derecho que tiene el colectivo de personas paradas a la protecci�n social, suben el IVA, dejan sin protecci�n a las personas trabajadoras dependientes y quitan la paga de Navidades a las personas que trabajan en el sector p�blico. Menci�n especial merece la situaci�n de las personas paradas. En un contexto de precariedad y temporalidad galopante, en Hego Euskal Herria 208.774 personas, adem�s de sufrir la negaci�n de su derecho a un empleo, est�n sufriendo la degradaci�n sistem�tica de la cobertura del desempleo.

No hay atisbo de que la situaci�n vaya a mejorar, al contrario. Se han puesto en marcha nuevas agresiones. Durante a�os se ha dejado hacer a la banca todo lo que quiere y quieren que con la creaci�n del banco malo, las consecuencias de los �activos t�xicos� acumulados y basados en la especulaci�n, las paguemos entre todos y todas. Por otra parte, est�n acordando los t�rminos del rescate o intervenci�n. En el Estado espa�ol se est�n gestando nuevos ataques y en el Estado franc�s van por el mismo camino; ya han anunciado que van a hacer recortes para cumplir con el d�ficit, reduciendo el gasto p�blico y reformando el mercado laboral. Se toma la decisi�n pol�tica de proteger a la banca mientras se condena a la sociedad al paro y a la pobreza.

Saben que en Euskal Herria, porque lo hemos dejado claro mediante cuatro huelgas generales y muchas movilizaciones, no estamos dispuestos a aceptarlo; de reforma en reforma nos arrebatan los medios, para que cada vez nos resulte mas dif�cil defender nuestros derechos. Han dejado en nada el derecho a la negociaci�n colectiva, totalmente necesario para la defensa de los salarios de las personas trabajadoras y las condiciones laborales. Han llevado a Madrid los espacios de negociaci�n, han dado a la administraci�n y a la patronal la oportunidad de no cumplir, de manera unilateral, lo pactado.

�Qu� es todo esto sino una dictadura econ�mica? El modelo que est�n imponiendo solo favorece a una peque�a �lite, no lo hacen para beneficiar a la econom�a y para su crecimiento, aunque as� lo quieran hacer creer.

Es mentira que con un modelo de relaciones laborales desregulado o con un sector p�blico d�bil se garantice un crecimiento econ�mico. Durante los �ltimos a�os han realizado varios recortes, todos en dicha direcci�n, y el paro sigue aumentando, no hay crecimiento econ�mico, las desigualdades sociales aumentan, hay mayor pobreza, etc.

Esto tiene alternativa, la construcci�n de otro modelo social y econ�mico: que reduzca las desigualdades, que van en aumento, entre personas ricas y pobres y que haga posible un reparto de la riqueza m�s justo, que reparta el trabajo productivo y reproductivo, que garantice la protecci�n social,... Al fin y al cabo, hablamos de un modelo que est� al servicio de las personas y no a lo que dicen los mercados.

Para ello es necesario tener una voluntad pol�tica, y claro, el empresariado no est� dispuesto a renunciar a sus privilegios y a implicarse en ese camino. Dicha voluntad no surgir� espont�neamente, una mayor�a social deber� obligarles a recorrer ese camino. As� pues, dando continuidad a lo que hemos realizado hasta ahora, continuaremos moviliz�ndonos y luchando en los centros de trabajo y en la calle, hasta que se materialice esa voluntad de construcci�n de la alternativa.

El d�a 26 os llamamos a que llen�is las calles, principalmente, con dos reivindicaciones:

Dejar claro que estamos en contra de los recortes; exigir a las instituciones propias que no se apliquen las imposiciones provenientes de Madrid, para que de una vez cambie la direcci�n de las pol�ticas publicas que se llevan a cabo en nuestro espacio.

Reivindicar que la palabra y la decisi�n corresponde a Euskal Herria. Esta huelga debe mostrar que las trabajadoras y los trabajadores vascos que conformamos la mayor�a social reinvindicamos hacer un camino propio.

Por todo ello, el 26 de septiembre, huelga general.

�Nos vemos en la calle!

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