Medio millar de policías sudafricanos llevaron a cabo en la madrugada de ayer una redada masiva en los barracones donde viven los mineros huelguistas de Marikana practicando 19 detenciones y requisando machetes y bastones. Un minero resultó herido durante las cargas con gases lacrimógenos y balas de goma.

El Gobierno de Jacob Zuma ordenó el viernes el «restablecimiento del orden» en la mina, de la que sale la quinta parte de la producción mundial de platino. «Los que participen en reuniones ilegales, porten armas peligrosas o profieran amenazas serán tratados como debe ser», señaló el ministro de Justicia, Jeff Radebe.

La Policía amenazó con llamar al Ejército «si es necesario». De hecho, un helicóptero militar sobrevolaba la zona.