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Dedicó el gol a su abuelo, que cumplía años

Kike Sola se reconcilia con la meta contraria 16 meses más tarde

El delantero cascantino no marcaba en partido oficial desde que obtuviese en mayo de 2011 dos de las dianas -la tercera la anotó Lekic a falta de un minuto para el final- que permitieron voltear el 0-2 con el que el Sevilla se fue al descanso y encarrilar la permanencia.

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Natxo MATXIN

La noche del 11 de mayo de 2011 Osasuna se mecía en la cuerda floja. Dos goles de Negredo en la primera parte dejaban al equipo, que peleaba por la permanencia, muy tocado de cara al último tramo liguero. Algo debió suceder en el descanso, ya que la escuadra navarra salió dispuesta a protagonizar el revolcón. Y lo consiguió, entre otras cosas, gracias a dos goles de Kike Sola -con ellos se empató-, quien poco se imaginaba que a partir de aquel feliz momento le tocaría vivir el lado oscuro del fútbol.

Dieciséis meses más tarde, y tras superar una tendinopatía rotuliana en su rodilla derecha que le obligó a pasar por el quirófano a principios de marzo pasado, el ariete cascantino volvía a reconciliarse con la meta rival. Expulsado Joseba Llorente y Armenteros jugando con la reserva, Mendilibar decidió refrescar su delantera dando entrada al atacante ribero, que no le defraudó y anotó un bonito gol de cabeza tras impecable servicio de Lamah desde la izquierda.

Era el final de un túnel que se ha prolongado casi durante año y medio. «Fueron unos minutos muy intensos psicológicamente, pues llevaba mucho tiempo sin anotar en un partido oficial», reconoció Kike Sola. Lo mágico del momento no impidió que la diana tuviese una dedicatoria muy especial, su abuelo, que este pasado domingo cumplía años. «Le tengo mucho aprecio y seguro que le hizo ilusión», comentó.

Contrarrestar la estrategia

«Tenía muchas ganas de jugar porque ahora mismo no tengo ningún problema con la rodilla y físicamente me encuentro genial. Quería darle la vuelta a una situación difícil que he vivido coincidiendo con mi lesión, aunque todo lo que he hecho ha sido mirando por mi progresión», añadió.

Capítulo aparte de su situación personal, el delantero navarro se refirió al delicado momento por el que atraviesa el equipo, para defender que «se jugó bastante bien frente al Mallorca y fuimos a por el partido, por eso el empate nos supo a poco, pero ahora ya hay que centrarse en preparar el siguiente partido con ilusión».

Y él puede ser parte activa del inminente compromiso en La Romareda, toda vez que a Llorente le pueden caer varios partidos, a la vista de cómo se las gasta últimamente el Comité de Competición. «Es una baja importante, pero también estamos mucha gente que tenemos ganas de hacer las cosas bien», aseguró.

Para conseguir ese mejor rendimiento, Osasuna deberá emplearse más a fondo en algunos apartados. La estrategia, por ejemplo, «donde tenemos que ser más agresivos, no creo que haya mucho más que mejorar».

Nino, con una dorsalgia

La plantilla osasunista se ejercitó en jornada matinal en la típica sesión en la que los titulares frente al Mallorca realizaron trabajo de recuperación y masaje, mientras que el resto se ejercitaron a un ritmo más exigente, con ejercicios de posesion de balón y presión, además de la disputa de un partidillo a medio campo. No participó Nino, quien sufre una dorsalgia -dolor en toda la espalda-, por lo que los servicios médicos rojillos le recomendaron descanso.

El futbolista almeriense, que comenzó titular en la primera jornada liguera para después permanecer el resto de encuentros en el banquillo, será de nuevo valorado mañana, cuando el plantel regrese al trabajo tras la jornada de descanso que disfrutarán hoy.

ni ansiedad ni mirar la clasificación

Tras empatar frente al Mallorca, Osasuna continúa último en la clasificación, tabla a la que «no miro mucho», comentó Sola, quien indicó que en el vestuario rojillo «no hay ningún tipo de ansiedad».

Tampoco corren buenos vientos por Zaragoza

Si la situación de Osasuna no es muy buena, tampoco lo es mucho mejor la que se vive en Zaragoza. El conjunto maño suma tres puntos, merced a su victoria en Cornellá-El Prat, pero acumula dos derrotas consecutivas en La Romareda -Valladolid y Málaga-, por lo que sus aficionados están con la mosca detrás de la oreja.

De hecho, ya han comenzado las comparaciones. Los zaragocistas llevan un comienzo liguero peor, en cuanto a números, que el de la temporada pasada, en la que obraron el milagro en las últimas jornadas cuando ya a la altura de Navidades se les daba como uno de los equipos desahuciados que iban a descender.

El que todavía no haya sumado en su propio feudo les hace ser un rival aun más peligroso de cara a este próximo sábado, a lo que hay sumar la tradicional rivalidad entre ambas escuadras y la beligerancia con la que se recibe a Osasuna en las gradas del estadio zaragozano.

Para el encuentro, son baja segura el central holandés Loovens, fichado esta temporada tras jugar varias en el Celtic y que sufre un esguince de rodilla, y el mediocentro húngaro Pintér, aquejado de otro esguince, pero en este caso de tobillo. Está entre algodones el lateral zurdo Obradovic, pendiente de la evolución también de su esguince de rodilla, aunque se va a intentar que esté frente a la escuadra rojilla, mientras que el extremo argentino Wílchez, que ha estado convaleciente por una rotura en el abductor, estará casi con toda probabilidad para la cita de este sábado. N.M.

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