Al igual que en otros centros de salud de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, en el ambulatorio de Amara Berri (Donostia) se veía ayer a muchas personas pasando por los pasillos con un pellizco de algodón en el brazo, después de recibir la vacuna antigripal.

Osakidetza ha empezado la campaña contra esta epidemia que viene todos los años junto con el invierno, y tal y como comentaron las trabajadoras, los primeros días suelen acudir bastantes personas. Luego, el número va descendiendo hasta el 31 de octubre.

La responsable de este centro, Lierni Linazisoro, y la gerente de la comarca Gipuzkoa, Marisa Merino, informaron de que esta temporada no ha habido grandes cambios en las cepas del virus -son tres cepas: California, Wisconsin y Victoria-, por lo que se espera que la epidemia sea suave, al igual que la anterior. Han comprado más vacunas -400.000, cada una a 2,83 euros-, porque en 2011 se vacunó más gente que en 2010 y piensan que en 2012 también se animarán más personas. Ese es su propósito, que se vacunen más personas que tengan riesgo -mayores de 65 años y enfermos crónicos- y también más trabajadores sanitarios.

Según indicó Linazisoro, es importante que se vacunen estos trabajadores, fundamentalmente por dos razones: «En la situación en la que nos encontramos no tenemos personal para sustituir a los que se pongan enfermos y podemos tener grandes problemas. Por otro lado, y en mi opinión es más relevante, a raíz de nuestro trabajo podemos contagiar a los pacientes y eso no es posible. Debemos cuidar nuestra salud».

Debido a la situación económica no van a hacer campaña publicitaria, con lo que ahorrarán 400.000 euros -la campaña de vacunación tiene un presupuesto de dos millones-. Se llevarán a cabo algunas iniciativas, aunque menos que otros años, utilizando los recursos propios.

«Si las personas en riesgo no vienen, les llamaremos por teléfono; a los pacientes que disponen de teleasistencia también les avisaremos; y en consulta, se recomendará la vacuna».

Sin alarma

Esta campaña comenzó sin alarma social y mediática, de muy diferente manera que hace dos años. Entonces estaba la cepa A. Según aclararon las trabajadoras de la sanidad, la gripe de este año también es del tipo A, pero en 2010 se produjo una gran variación, la gente no estaba inmunizada y surgió la alarma, porque se esperaba una pandemia, que luego no hubo. El virus cambia todos los años un poquito y cada diez-doce años hace unas variaciones grandes. Es entonces cuando surgen las grandes epidemias.

Linazisoro y Merino no saben a dónde fueron a parar todas aquellas vacunas que se compraron para hacerle frente a esa gripe A, pero explican que duran un año, por lo que cabe pensar que se habrán desechado.