En una una conferencia en el Fórum Europa, el presidente y candidato del PNV, Iñigo Urkullu, quiso aclarar ayer su postura respecto a la independencia. Afirmó ayer no renunciar «a sus principios», pero que actuará «pisando suelo». Más clara la dejaba en una entrevista a un diario español, asegurando que la secesión es «una palabra demasiado grande», lo que daba pie a dicho diario a editorializar sobre «el desmarque» de Urkullu que, aseguraba, «pone en evidencia a Mas». Así será a los ojos de ese diario y otros medios y ciudadanos españoles; sin embargo, en Euskal Herria es más probable que quien haya quedado en evidencia sea el propio Urkullu. Según el candidato jeltzale, la «urgencia» es la crisis económica, aunque no renuncia a trabajar por un estatus que suponga mayor autogobierno, pero sigue pensando que no es «el momento», con lo que la independencia sería una cuestión secundaria ante la crisis, como si existiese una incompatibilidad de prioridades. Al contrario, precisamente la prioridad de la crisis empuja a un lugar más prioritario aun a la independencia. Hasta Artur Mas, obligado por el clamor popular, parece entenderlo así.