Aguirre dimite por sorpresa y extiende los rumores sobre la crisis dentro del PP
Esperanza Aguirre deja la «primera línea» de la política. Lo anunció ayer por sorpresa en una comparecencia que no sirvió para despejar las dudas sobre los motivos reales del abandono de una de las principales líderes del «ala dura» del PP y crítica con Mariano Rajoy.
Alberto PRADILLA | MADRID
Por sorpresa, casi entre lágrimas y sin dar explicaciones concretas. Así abanadona la política Esperanza Aguirre. Presidenta de la Comunidad de Madrid desde 2003 y representante del «ala dura» del PP, la «lideresa» que amagó con hacer sombra al actual jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, se marcha. Nadie esperaba que este anuncio llegase ayer, con una rueda de prensa convocada de urgencia y en la que Aguirre no ofreció ningún razonamiento claro. Apenas 16 meses después de que se impusiese en las elecciones con una holgada mayoría absoluta, la «espantada» de uno de los pesos pesados del PP abre la veda para las especulaciones. A nadie se le escapa las desavenencias que ha protagonizado con la cúpula de Génova. Especialmente, en un momento en el que las tensiones internas se han recrudecido, tanto por la grave situación económica como por la gestión del Ejecutivo español de la situación abierta en Euskal Herria tras el cese decretado por ETA. Aunque ella, discreta ayer como no lo fue en otras ocasiones, no desvela si hubo una última gota que colmase su vaso o si volverá como azote liberal de un presidente cada vez más cuestionado dentro de sus filas.
«Les anuncio la retirada de la primera línea», afirmó, emocinada, Aguirre, en una rueda de prensa convocada en la sede de la Comunidad de Madrid. Todo el mundo esperaba alguna novedad relacionada con Eurovegas, el macroproyecto de juego que constituirá su último gran legado. De repente, la «lideresa» anunció su marcha irrevocable. «Esto no tiene vuelta atrás. Es cruzar el Rubicón», argumentó. Un abandono matizado con un «seguiré apoyando al partido, colaborando en todo lo que pueda ser útil».
Alude a motivos personales
Solo Aguirre sabe cuál es el motivo que le lleva a dejar la primera línea. Únicamente ella y Rajoy conocen el contenido de la conversación que ambos mantuvieron horas antes de que la presidenta madrileña dejase todos sus cargos. «No creo en bidcefalias, eso se lo dejo al PNV», soltó para explicarse.
La versión oficial para los periodistas apunta a la situación personal. Recordó el cáncer que le aquejó y del que está «supuestamente» recuperada. Dijo que la enfermedad había influido. También insistió en su voluntad de pasar más tiempo con su familia. «Ha llegado el momento de vivir más cerca de los míos y dedicarme a mis nietos, a mis hijos, a mi marido, a mi madre y a mis siete hermanos». Aunque, finalmente, terminó reconociendo lo «durísimo» que se le había hecho tomar este camino. «Dudé muchísimo», aseguró Aguirre, que dejó claro que lo que abandona es «la primera línea», pero no la política. También apeló a la necesidad de saber cuándo dejar la labor pública. Algo paradójico teniendo en cuenta que acumula tres décadas en diversos puestos politicos desde que en 1983 entró como concejala en Madrid.
Eurovegas era su último proyecto. Aunque hay quien la veía agotada. Su último pulso frente a Rajoy fue situarse al lado de Jaime Mayor Oreja en la crisis por Iosu Uribetxebarria. Ahora está por ver si este es un adiós o un «hasta pronto».
En 1983 debutó como concejala en el Ayuntamiento de Madrid. Ha sido ministra con José María Aznar, presidenta del Senado y, desde 2003, jefa del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, aliada con los sectores más duros del PP.
La segunda derrota electoral de Mariano Rajoy frente a José Luis Rodríguez Zapatero incendió la cúpula del PP. Esperanza Aguirre fue uno de los nombres que sonaron como posible líder de una candidatura alternativa que nunca vio la luz.
El PP en bloque se lanzó a alabar a la dimisionaria presidenta. Desde el PSOE, Tomás Gómez puso en duda la capacidad de su sucesor, mientras que IU instó a celebrar elecciones en la comunidad de Madrid
La dimisión de Esperanza Aguirre y el ascenso a ministro de Justicia de Alberto Ruiz Gallardón, considerado como uno de sus grandes rivales, ha provocado una anómala situación tanto en el Ayuntamiento como en el Gobierno de la comunidad. Ni Ana Botella (actual primer edil) ni Ignacio González (sustituto ungido por la «lideresa») fueron elegidos en las urnas para el puesto que van a desempeñar. Aunque también es cierto que Aguirre llegó a la presidencia tras el «tamayazo», un turbio asunto en el que la espantada de Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, dos tránsfugas del PSOE, evitó que Rafael Simancas gobernase la Comunidad de Madrid, entregándole el mando a Esperanza Aguirre.
Botella sucedió a Gallardón y González hará lo propio con Aguirre. El actual consejero de Economía y Hacienda es conocido por ser el delfín de la presidenta. Sin embargo, no controla los resortes del partido tanto como ella y ha estado salpicado por sospechas de corrupción en casos como el del Canal de Isabel II. A.P.