Piden cambiar la política carcelaria para que no se repita el «caso Uribetxebarria»
Herrira invitó ayer a las instituciones a implicarse en la defensa de los derechos básicos y fundamentales de los presos vascos, al tiempo que abogó por poner fin a la «espiral de sufrimiento» que provoca la política carcelaria, con Iosu Uribetxebarria como ejemplo destacado.
GARA | ARRASATE
El Amaia Antzokia de Arrasate acogió ayer a la mañana un nuevo acto de Herrira por la libertad de los trece presos y presas enfermas, en el que, de manera simbólica, se hizo entrega a la familia de Iosu Uribetxebarria de la silla que utilizaron durante semanas para exigir su libertad. En el acto estuvieron también allegados y amigos de los otros prisioneros para los que se solicita su urgente liberación en cumplimiento de la legislación penitenciaria española.
Tras las breves palabras de Fran Balda, en nombre de Herrira, que hizo entrega de la silla a Jabier Uribetxebarria, con la presencia además de los huelguistas de hambre del Hospital Donostia, tomaron la palabra Nagore García e Iñaki Egaña, que iniciaron su alocución resaltando que gracias al trabajo en común «Iosu ha vuelto a casa, en vida».
A pesar de la resolución del caso del preso arrasatearra, alertaron de que son cientos los hombres y las mujeres que «continúan sufriendo las consecuencias del conflicto» y de ahí, la necesidad de que la sociedad se responsabilice de terminar con esa situación, «amparando los derechos y la dignidad de estas personas».
Tras lo vivido en las últimas semanas, desde Herrira quisieron escenificar ayer que lo sucedido con Uribetxebarria no puede volver a suceder. «Hay que lograr que las vidas de los presos y sus familiares no estén a merced de las venganzas o de los vientos políticos», subrayó Egaña.
«La situación por la que ha pasado Iosu no se puede volver a repetir -insistieron-. De negar los derechos de las presas y presos hay que pasar a incluirlos en su defensa. De la negación al acuerdo y la paz hay que cambiar los criterios para lograr también su defensa». Para Herrira, «todos hemos sido perdedores en esta situación. Y queremos, ya es hora, de que con la ayuda de una nueva época, poder decir que todos hemos ganado con el cambio».
Así, abogaron por salir «de la espiral del sufrimiento» que supone una política carcelaria sustentada en el conflicto y la negación de derechos. En esa línea, estimaron «imprescindible el construir puentes, afianzar el trabajo compartido y que las instituciones públicas se impliquen en la defensa precisamente de los derechos básicos y fundamentales» de los presos políticos vascos.
En cuanto al mensaje inmovilista monocorde que llega desde el Estado español, Herrira quiso dejar claro que «cada vez es más evidente que esta política penitenciaria -la de condenas de por vida y el anuncio de mantener a personas enfermas entre rejas- es insostenible, desde el respeto de los derechos humanos».
Por ello, Egaña y García reiteraron su llamamiento a que los prisioneros gravemente enfermos sean liberados, «para que nadie ponga de nuevo en peligro su vida» y atendiendo a las instancias europeas.
Herrira anunció que seguirán trabajando por el respeto de los derechos básicos de los presos políticos vascos, «abriendo cada vez más puertas al cambio y empujando la construcción de esos puentes nuevos».