A escasos metros de la Subdelegación del Gobierno español en Bizkaia, en la plaza Elíptica, representantes de Eleak, acompañados de diferentes ciudadanos algunos de ellos afectados por la conculcación de derechos civiles y políticos, denunciaron las continuas detenciones, seguimientos contra militantes independentistas o juicios políticos.

A este respecto, mencionaron los arrestos de Imanol González en Balmaseda y Jon Igor Urresti en Ondarroa; los juicios en la Audiencia Nacional contra el abogado Iñaki Goioaga, el preso Gorka García Sertutxa y Ana Paz, o el de jóvenes de Lekeitio; sin olvidar otros que se han desarrollado en el tribunal de excepción español contra vecinos de Portugalete y Basauri por mostrar su solidaridad hacia los represaliados políticos. Asimismo, advirtieron de que a final de mes, en la Audiencia de Bizkaia, una veintena de estudiantes serán juzgados por participar en el campus de la UPV-EHU en Leioa en movilizaciones contra la reforma de Bolonia.

Ante esa panorama tan poco halagüeño, desde Eleak animaron a la sociedad civil a articular una respuesta potente para mostrar «no solo nuestro rechazo ante situaciones que nos retrotraen tan cansinamente a una fase pasada, sino por la necesidad de que la muralla de contención para dar freno a tantos atropellos sea de una vez por todas una realidad».

«Anacronismo del pasado»

Desde el movimiento por los derechos civiles y políticos se calificó de «anacronismo del pasado» lo que se está viviendo, mencionando los tribunales de excepción y los juicios políticos, la persecución de fotos de los presos o por reivindicar sus derechos básicos, seguimientos por razón de la militancia política, o la persecución de cualquier tipo de disidencia.

De ahí que Eleak animó a dar cobijo a todas aquellas personas que de un modo u otro están viendo vulnerados sus derechos en una gran matrioska. «No nos vamos a cansar en la denuncia y en la llamada a la movilización popular. Porque creemos firmemente que otro escenario de paz y normalización democrática es posible en la Euskal Herria de hoy», manifestaron.

Por eso, remarcaron en Bilbo, que mantienen como todos los sectores comprometidos en un cambio real de ciclo su apuesta por acabar con esas vulneraciones. Explicaron que desean un ciclo «donde las murallas sean solo un elemento físico y no un reclamo constante para frenar los continuos ataques y los obstáculos para la materialización de ese marco democrático que todas y todos ansiamos en nuestro pueblo».