Una rebelión popular en Bengasi expulsa a las milicias islamistas
La rebelión de cientos ciudadanos de Bengasi contrarios a la proliferación de armas y a la presencia de milicias islamistas armadas en el país se saldó el viernes con la muerte de cinco manifestantes y de seis miembros de las fuerzas de seguridad, y la expulsión de la ciudad Ansar al-Sharia. Las autoridades felicitaron la reacción de la población contra las «brigadas sin legitimidad».
GARA | BENGASI
Cientos de habitantes de Bengasi, bastión de la revuelta contra el régimen de Muamar el Gadafi, se rebelaron el viernes contra las milicias armadas que imponen su ley en la segunda ciudad de Libia y expulsaron a varios grupos extremistas de sus al término de los enfrentamientos en los que murieron al menos once personas, seis de ellas miembros de las fuerzas de seguridad, y dejaron más de 70 heridos. Durante la jornada, decenas de miles de personas se habían manifestado contra la presencia de los grupos armados en la ciudad y contra el asalto, hace once días, al consulado de EEUU, en el que murieron el embajador Chris Stevens y otros tres estadounidenses.
La calma regresó ayer a Bengasi, aunque persistía el temor a posibles represalias, después de que durante la noche del viernes al sábado cientos de manifestantes lograran desalojar de su cuartel general en el centro de la ciudad al principal grupo armado, la milicia salafista Ansar al-Sharia (Defensores de la ley islámica), sospechosa de estar detrás del asalto al consulado.
Al grito de «la sangre de los mártires no ha sido derramada en vano», los manifestantes entraron en las tres bases de los salafistas, saqueadas e incendiadas después, y obligó a Ansar al-Sharia a evacuar el hospital de al-Jala, que estaba bajo su control y del que tomó posesión inmediata la policía militar.
La milicia islamista, que niega estar detrás del ataque al consulado, justificó su retirada en pro de la seguridad en la ciudad. «El comandante del batallón dio órdenes para que se evacuaran las instalaciones y fueran entregadas al pueblo de Bengasi», explicó Yusef al-Yehani, un portavoz del grupo. «Respetamos la opinión de la gente y para preservar la seguridad hemos evacuado las instalaciones», agregó.
Los manifestantes se dirigieron luego a la sede de la brigada Raf Allah al-Sahati, grupo islamista que depende del Ministerio de Defensa, donde los combates duraron dos horas. Los asaltantes saquearon esa instalación, situada en una granja a 15 kilómetros de Bengasi, en la región de Hawari, donde requisaron armas, municiones y material informático.
Durante estos combates con armas ligeras y cohetes murieron al menos cinco personas y más de 70 resultaron heridas, indicaron fuentes médicas a la agencia oficial libia. Seis miembros de las fuerzas de seguridad fueron ejecutados tras estos enfrentamientos», informaron responsables de la morgue a AFP. Sus cuerpos fueron hallados en la zona periférica de Al-Gawasha», confirmó la oficina del fiscal.
La brigada Raf Allah al-Sahati anunció ayer en su página de Facebook haber recuperado el control de su cuartel general e informó de que uno de sus comandantes sufrió heridas leves.
«Muy volátil»
«La situación es muy volátil. No sabemos cuál será la reacción» de las milicias, las autoridades y los familiares de las víctimas, indicó a AFP el activista de derechos humanos Jalal al-Gallal.
Las autoridades del nuevo régimen libio advirtieron contra el «caos» y llamaron a los manifestantes a diferenciar entre las «brigadas ilegítimas» y las que están bajo la autoridad del Estado. En este sentido, el presidente de la Asamblea Nacional, Mohamed al-Megaryef, felicitó la reacción de la población contra las «brigadas sin legitimidad», pero instó a los manifestantes a retirarse de los lugares ocupados por brigadas del Ministerio de Defensa, citando expresamente a Raf Allah al-Sahati, la Brigada del 17 de Febrero y El Escudo de Libia.
El nuevo Gobierno lo ha logrado desarmar a las milicias que lucharon contra Gadafi en 2011, aunque muchas de ellas se han integrado en los ministerios de Defensa e Interior.
El ministro paquistaní de Ferrocarriles, Ghulam Ahmed Bilour, anunció ayer que recompensará con 100.000 dólares (unos 77.000 euros) a quien mate al autor del vídeo que ridiculiza la figura de Mahoma. Afirmó que es consciente de que instar al «asesinato» supone un delito, pero sentenció que está listo para cometerlo, según informaron medios locales.
El mundo musulmán y algunos países europeos siguieron siendo ayer escenario de las protestas que desde hace once días se repiten en contra de las últimas expresiones islamófobas, Al menos treinta personas resultaron heridas durante las manifestaciones en la capital de Bangadesh, Dacca, que derivaron en enfrentamientos con la Policía, que empleó abundante material antidisturbios. Hasta ahora, las reacciones en Bangladesh a la película y las caricaturas que ridiculizan al profeta Mahoma habían sido de menor envergadura que otras en los países vecinos.
Por contra, la calma fue protagonista de las movilizaciones convocadas en Alemania, que fueron secundadas por varios miles de personas en Dortmund, Friburgo, Münster, Karlsruhe y Hannover.
En Marsella, sesenta policías, apoyados por un helicóptero, fueron desplegados en el centro de Marsella para hacer frente a un solo manifestante, que dijo ser «portavoz de la mayoría silenciosa, que había llamado a denunciar las caricaturas de Mahoma publicadas por el semanario Charlie Hebdo. Treinta periodistas completaban el contingente. GARA
Al menos siete personas murieron y otras 27 resultaron herida en los choques ocurridos el viernes en la ciudad meridional libia de Braq Chatti entre miembros de una tribu local y las fuerzas de seguridad.
