Decenas de miles de personas disfrutan de la cornisa labortana
La séptima edición de la Fête de la Corniche volvió a reunir ayer a miles de personas, que disfrutaron del maravilloso paseo que a lo largo de unos seis kilómetros une Hendaia con el barrio ziburutarra de Sokoa.
GARA | URRUÑA
Decenas de miles de personas tomaron parte ayer en la séptima edición de la Fête de la Corniche, una iniciativa cuyo objetivo es concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de conservar los acantilados que marcan la línea costera entre Hendaia y Ziburu.
Son en torno a seis kilómetros de carretera que durante una jornada al año se ven liberados del paso de coches, autobuses y camiones, al tiempo que peatones, bicicletas u otros medios de transporte no contaminantes toman su lugar.
La organización de esta fiesta, que en 2011 consiguió reunir a alrededor de 30.000 personas, corre a a cargo del Consejo General de Pirineos Atlánticos, que diseñó un recorrido con cerca de cuarenta actividades científicas, artísticas o lúdicas abiertas a todas las edades.
La novedad en esta edición han sido las seis esculturas gigantes, de seis metros de altura, situadas a lo largo de la costa y que se mantendrán en el lugar durante un mes. Han sido construidas por el escultor de Ziburu Blaise Guirao, que ha utilizado para ello materiales característicos de la zona.
Personajes mitológicos
Se trata de un homenaje «a las personas que viven aquí», pero también a personajes mitológicos como Basajaun -«un ser benéfico que protege a los rebaños y conserva los secretos de la agricultura»- y los Mairi, «constructores de dólmenes y cromlechs».
La cornisa labortana cuenta con protección medioambiental desde el año 1970. No obstante, la subprefectura de Baiona va a poner en marcha una asociación cuyo objetivo será diseñar un plan de desarrollo. La dificultad consiste en encajar los intereses de las partes competentes: Estado francés, región de Aquitania, departamento de Pirineos Atlánticos y ayuntamientos de Hendaia, Urruña y Ziburu.