IBILIZ IBILI | ANTXON ITURRIZA "Aizpel"
Sobre las barrancas de Baztán Desde Amaiur al cordal Alkaxuri-Gorramendi
Visitar el valle navarro de Baztán siempre es un regalo estético, pero este atractivo se realza especialmente en otoño, época en la que recomendamos realizar el itinerario que hoy proponemos. En esta época, el ocre de los helechos y el tono dorado que van adquiriendo hayedos y robledales marca un espectacular contraste con los siempre verdes prados de las laderas.
Vamos a partir de Amaiur (281 m), uno de los pueblos del valle que ha cuidado con más mimo la elegante vetustez de sus casas. Tras aparcar junto a la Iglesia de la Asunción, pasamos bajo el arco que abre la entrada a la calle única del pueblo. Por encima quedan las ruinas del castillo que fue el último reducto de defensa del reino navarro frente a la conquista castellana.
Calle arriba llegamos hasta el magnífico palacio Borda. Frente a él queda la casona Arretxe, otro edificio de gran porte. Justo aquí giraremos a la derecha para tomar una calle lateral durante unos 50 metros en ligero ascenso. Cuando empieza a perder altura, veremos a la izquierda surgir un amplio camino carretil, identificable por un poste telefónico (10 min). Iniciaremos el ascenso por él, ignorando en lo sucesivo todos los cruces que vayan surgiéndo a nuestra izquierda (cairn en alguna bifurcación).
El camino describe un giro hacia la derecha para bordear los prados y alcanza el precioso robledal del Etxebertzea, ocupado por una borda de techumbre plana (30 min). En su parte alta continúa el sendero que, faldeando la loma de Anzabal, alcanza un marcado collado (50 min) (letrero de aviso de abejas).
Pocos metros más adelante, unos cairns nos advierten del arranque de una senda ascendente entre los helechos que nos evitará el pisar la pista. El sendero sube en directo hasta cruzarse con un camino ancho que tomaremos hacia la izquierda. Así llegaremos hasta el amplio collado de Intzulegi por el que discurre la carretera que sube a Gorramendi (722 m) (1,15 h).
Poco más arriba de un pequeño embalse, surge una pista de tierra amarilla que nos sitúa de inmediato frente a las ruinas de una borda quemada. Estamos en el inicio de un magnífico camino, a tramos enlosado, que nos hace en principio ascender hasta los roquedos de Olaitzin, junto a los que se protege una borda de cazadores. (870 m) (1,35 h).
Por las laderas de Gorramakil
En adelante, el sendero se introducirá en los hayedos y faldeará por las laderas de Gorramakil salvando con perfección las sucesivas barrancadas, de las que se desprenden llamativas cascadas en época de lluvia. El tránsito en otoño por este camino es de una belleza excepcional.
Finalmente, el sendero emerge del hayedo para abrir sus horizontes en el collado de Gorostiko lepoa (900 m) (2,35 h). Frente a nosotros se hunden las profundidades de la barranca de Urrizate, limitada al otro lado por la barrera de Iparla. Hacia el norte, próxima nos queda la cima de Akomendi, coronada por una campana a modo de buzón (949 m) (2,45 m). Desde esta cima veremos perfectamente definida la ruta a seguir si deseamos alcanzar la cima de Alkaxuri (Irubelakaskoa). Primero deberemos descender hasta el collado de Gorbeltz y remontar por sendero el espolón rocoso que concluye en esta esbelta cima (970 m) (3,15 h).
De regreso de nuevo al collado de Gorostiko lepoa (3,45 h), abordaremos ahora el ascenso de la fuerte pendiente de Gorramakil, desde cuya cima dominamos un grandioso panorama sobre las barrancas de Urrizate y Arizakun (1.090 m) (4,20 h).
Continuando por los lomos del cordal, a la derecha dejamos la enorme antena que corona la cima de Otanarte (1064 m). Bajo ella se abre un marcado collado que nos separa de la cima de Gorramendi. Desde este collado podríamos iniciar ya el regreso. Pero si queremos visitar la cima de Gorramendi, que albergó entre los años 1954 y 1974 una base militar americana, sólo tendremos que seguir la evidencia del terreno: cruzar el collado y emprender el ascenso de la pendiente herbosa hasta el punto más elevado (1.074 m) (5h).
Para regresar a Amaiur vamos a regresar al collado inmediato de Otanarte y desde él iniciaremos el descenso a través de los herbales sin camino definido. Es importante ahora fijar el rumbo de nuestros pasos derivando hacia la derecha (ladera de Otanarte) hasta encontrar el sendero que enfila hacia un pasillo herboso entre dos grandes pedregales. Llegaremos así a los roquedales de Olaitzin, por los que hemos pasado en el ascenso (870 m) (5,35 h). A partir de aquí sólo tendremos que regresar sobre nuestros pasos hasta Amaiur (6,40 h).