La candidata es una autoridad en asuntos lingüísticos, pero no sabemos si su contestación fue fruto del desarrollo de su equipo en estos temas, después del análisis o una improvisación avalada por sus conocimientos. No es un asunto baladí, ni se puede resolver solamente desde una perspectiva economicista, sino volviendo a las bases fundacionales de EITB donde está su fundamento. Si se miran las audiencias actuales, el canal en castellano está muy por encima que el que se emite en euskara. Esto es un reflejo de la sociedad a la que se dirige. Por lo tanto, las decisiones deben tomarse a partir de esta realidad, para intentar cambiarla si así se considera, pero esa evolución no se hace de repente, es necesario tener un plan, que va desde la escuela, la universidad, y el uso del euskara en la vida cotidiana, hasta lo que es vivir en euskara en ciertas zonas de Euskal Herria. Y después, en una inversión económica muy bien canalizada para intentar darle al canal en euskara la calidad y el interés que ahora no encontramos por unas decisiones de abandono o de falta de ilusión.

No sería capaz de asegurar que se podría disminuir la diglosia actual con un canal bilingüe, por muchos matices que le pusiéramos y otro únicamente en euskara. Porque la otra opción sería un único canal bilingüe, y ahí se perdería la identidad. No es fácil. Nada fácil. Desde luego, un ente de estas características no puede renunciar a su compromiso instrumental para la normalización lingüística, casi como misión prioritaria. El modelo es lo que se debe discutir para darle sentido a su existencia.