Nuevas denuncias enturbian la cumbre presidencial de los dos Sudanes en Addis Abeba
GARA | YUBA-ADDIS ABEBA
Sudán del Sur acusó ayer a Sudán de estar enviando armas por aire a los insurgentes activos en territorio sursudanés, una acusación que niega Jartum, pero que enturbió el encuentro que los presidentes sudanés, Omar Hassan al-Bashir, y sursudanés, Salva Kiir, mantuvieron ayer en Addis Abeba, capital etíope, con el fin de asegurar sus fronteras y permitir reanudar las exportaciones de petróleo sursudanés.
La acusación partió esta vez del portavoz del Ejército sursudanés, Philip Aguer, quien dijo que aviones del Ejército sudanés descargaron con paracaídas el viernes y el sábado ocho paquetes de armamento y munición dirigidos al grupo liderado por David Yau Yau. Tras recibir las armas, los insurgentes atacaron la localidad de Likuangole, en el estado de Jonglei, pero fueron rechazados por el Ejército, aseguró Aguer. Sin embargo, un portavoz del Ejército sudanés, Jalid al-Sawarmi, negó cualquier apoyo militar a los grupos rebelde de Sudán del Sur.
«Este no es el espíritu de las negociaciones de Addis Abeba. Jartum habla de paz, pero sus actos nos dicen lo contrario, con hostilidades y conspiraciones contra Sudán del Sur», dijo Aguer.
Los presidentes Al-Bashir y Kiir, se encontraron en Addis Abeba tras entrevistarse por separado con el nuevo primer ministro de Etiopía, Hailemariam Desalgn. El viceministro etíope de Exteriores, Birhane Gebrekiristos, confirmó que ambos mandatarios comenzaron después las disquisiciones, que podrían alargarse hasta hoy, y confió en el «éxito» del encuentro.
El sábado, Jartum aceptó «con condiciones» el acuerdo de la Unión Africana (UA), firmado por sus vecinos del sur, para establecer una zona desmilitarizada entre ambos países, de acuerdo con las exigencias del Consejo de Seguridad de la ONU, informó Efe.
La desmilitarización de la frontera es un paso significativo para el desarrollo de las negociaciones, cuyo mayor reto es fijar los límites del nuevo Estado de Sudán del Sur, que se independizó en julio de 2011, y poner fin a los enfrentamientos.
Por primera vez en un año, ambos jefes de Estado, que en agosto firmaron un acuerdo provisional, se encuentran cara a cara para tratar de dibujar sus 1.800 kilómetros de frontera y reiniciar de manera estable las exportaciones de crudo del Sur para evitar el colapso económico.
La UA dio a los dos países un ultimátum, al que se incorporó la ONU, para alcanzar un acuerdo antes del 2 de agosto o afrontar sanciones internacionales, plazo que se amplió a esta primera cita.