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Fito de la Parra: «Sí, claro que voy a votar. Lo haré por los demócratas»

Continuando con la serie Music Legends, organizada en la sala de la BBK en Bilbo, los primeros de la nueva temporada son los históricos Canned Heat (hoy a las 20.00). Una de las formaciones más grandes del blues-rock y del boogie que ha dado la historia. Desde su formación en 1965 en Los Ángeles han transcurrido casi 50 años, pero el cuarteto continúa fiel a su explosivo cruce de blues, sicodelia, rock e improvisación, como confirma Adolfo de la Parra para GARA.

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Pablo CABEZA | BILBO

La historia de Canned Heat es coetánea a formaciones de corte blues rock como Jimi Hendrix, The Doors, Janis Joplin..., grupos y solistas con los que compartía actitud, libertad creativa y éxito, quizá no en la misma medida que esos nombres míticos, pero los Heat tuvieron momentos en los que lograron una situación de privilegio, en especial gracias a discos como «Canned heat» (1967), «Boogie with Canned Heat» (1968), «Future blues» (1970), «Hooker'n Heat» (1971) y varios directos: «Woodstock», «Live in Europa», «Topanga corral»... y a singles que prácticamente conoce todo seguidor del blues: «Going up the country», «Let's work together» y el irresistible «On the road again».

«Going up the country» se basó en «Bulldoze blues», un blues que Henry Thomas graba en Louisville, Kentucky en 1927. «On the road again» se fija en la versión que Floyd Jones realiza en 1953 de «Big road blues», grabada en 1928. No obstante, los angelinos Canned Heat supieron redimensionar aún más el acabado de ambos blues. De otra parte, y como cuenta a GARA, líneas más adelante, el propio Adolfo «Fito» de la Parra -batería del grupo desde su segundo álbum, líder y alma de la banda en la actualidad-, la formación contaba con la particularidad de improvisar generosamente en escena, con momentos que podían superar la media hora, por lo que los autores originales pasaban a ser una mera referencia.

El lector y quien acuda hoy lunes a su actuación en Bilbo, quizá se pregunte si lo que se va a encontrar es a un grupo con repertorio desconocido o con canciones desmotivadas por tantos y tantos años de trasiego sobre los escenarios. Fito de la Parra lo deja claro en conversación desde su casa: «Espera que me acomode -nos dice tras el saludo-. Si fuéramos un grupo de pop sí sería aburrido vernos tocar, porque las canciones siempre serían iguales, pero lo que nosotros tocamos en directo no es lo que puedes escuchar en nuestros discos. Esta es la esencia del blues y nosotros siempre la hemos hecha nuestra: improvisamos mucho y, además, tomamos y aceptamos los riesgos. Esta característica nos diferencia de casi todas las bandas. Canned Heat nunca toca las canciones iguales», enfatiza con voz metálica, segura, firme y convencida, además de amable y próxima.

«Estamos tocando `On the road again', un hit que todo el mundo quiere escuchar, las líricas son siempre las mismas, pero lo que hace la armónica y la sección rítmica siempre va a ser diferente. Le sacamos jugo a la música y a cada una de nuestras canciones para no caer en la enfermedad del pop. El blues es una música primitiva, simple, fácil de digerir. Es una música del corazón, pero también del estómago. Tratamos de estimular lo más primitivo del hombre, provocamos al primate que llevamos dentro. Como te he comentado antes, improvisamos y aceptamos los riesgos que conlleva. El pop contemporáneo, que es del que te hablo [desligándolo obviamente del pop de los sesenta] es un proceso muy rígido. Cuando veo grupos de pop es como si estuviese viendo una representación en Broadway, por ejemplo: circo, siempre es lo mismo. Todas estas cantantes de moda llevan pistas electrónicas, todo es muy rígido, además de poder haber pregrabados que te obligan a ajustarte al guión».

La eterna edad del blues

Regresando al terreno del pop y sus dificultades para mantener vidas longevas frente al blues, con artistas en activo más allá de los ochenta y noventa años, una confrontación donde el mexicano se encuentra cómodo apunta enfáticamente: «¡Ah! Claro, ahí es donde está lo interesante -imagínenselo con el acento adecuado-. Si eres un artista de pop y no te transformas, no creces y maduras adecuadamente, desapareces del público a los 30 0 35 años, tal y como si fueras un boxeador. Sin embargo, los músicos de blues y de jazz cuanto más viejos más interesantes y más deseables somos. Mira, no somos atletas, somos más bien como abogados o médicos, que cuanto más maduran, si tienen cariño a su profesión, mejoran».

La armónica ha sido un instrumento esencial en la historia de Canned Heat, en otro tiempo a cargo del recordado Robert Ernest Hite, también conocido como «Bob» o «The Bear» (El Oso, dada su corpulencia). Hite fue miembro fundador del grupo en 1965, falleció en 1981 de un ataque al corazón. Fito deja claro que la armónica continúa siendo uno de los ejes de la banda. «Desde hace cinco años contamos con un gran armonicista, Dale Spalding, que es de Nueva Orleans. La armónica junto con la guitarra son los principales instrumentos del blues, estuvieron en su origen. Lo que ocurrió es que al pasar del entorno rural a la ciudad, se incorporaron la batería y el bajo».

Canned Heat vivió en el verano de las flores, 1967, la explosión jipi. El fallecido Scott McKenzie decía en «San Francisco (Be sure to put flowers in your head)» que si íbamos por la ciudad no olvidásemos ponernos flores en la cabeza. «Tal y como va y está el mundo necesitamos revolución de nuevo, flores... Volver a la ideología que aportamos en los sesenta. Por el actual camino no vamos a ningún lado», afirma convencido De la Parra.

El blues es el motor de Canned Heat, pero la sicodelia jipi también mullía el boogie y el blues-rock del grupo. «Nunca hemos sido totalmente puristas, siempre hemos incluido sicodelia y sonidos distorsionados. Mezclamos el blues con el rock and roll. Son características que nos diferencias de otros grupos de rock», sentencia.

Correosos con achaques

«Pues como decimos en México aún estamos correosos. Correosos eran unos dulces que comíamos en México y que tardaban mucho en disolverse en la boca, los comía de chico. Así que cuando alguien aguantaba años, le decíamos que era un «correoso». Estamos bien, pero tampoco digo que estamos perfectos. Nuestro manager acaba de ser operado de un enfermedad seria, del corazón. Todos tenemos ya algún achaque de vejez, no olvides que nos movemos cerca de los setenta años, pero, por el contrario, seguimos tocando muy bien».

El blues lo inventaron los negros, pero desde hace muchos años son los blancos quienes más se interesan y mantienen vivo el blues. El pueblo afroamericano ha preferido el rap, en líneas generales, que el blues. «Eso lo menciono en mi libro y es una lástima. Sí, la mayor parte de la cultura negra americana se ha ido a otro tipo de cultura, pero también tenemos que recordar que el blues les recuerda unos tiempos dolorosos, cuando eran esclavos, los días de los trágicos campos de algodón, del racismo, la segregación..., y por eso se puede entenderse que prefieran desviar la vista. Todo eso era parte del blues, el blues habla de eso. Pero creo que deberían seguir. Los blancos son los que llevan desde hace años la bandera del blues. Ya lo dijo Muddy Waters, que fue visionario: `Ustedes los blancos van a ser los abanderados del blues'. Pero incluso cada vez hay menos blancos haciendo blues. La música ha degenerado tanto, por la tecnología, por ciertas cosas de Internet, por la falta de interés, por la forma en la que se oye con esos auriculares, por la escucha individual, por los teléfonos... Los jóvenes están en su propio mundo, no hay comunión. Además, antes nos quejábamos porque los `sidis' no sonaban como los elepés, así que fíjate ahora con los mp3, sonando tan seco. Muchos jóvenes no han aprendido a escuchar música como se debe. Nos queda la labor de educar en la medida que podamos, hay que realizar un esfuerzo».

Fito de la Parra puede votar (posee nacionalidad mexicana y estadounidense) y no oculta su opción: «Sí, claro que voy a votar. Votaré por los demócratas. No son lo mejor, pero es lo menos malo», asevera mientras ríe.

«Hemos pensado en grabar, pero hay más de 40 `sidis' nuestros. Todo está ahí. Tenemos varias ofertas, pero las ventas son tan escasas que quizá no merezca la pena. Ahí están nuestros discos. Pero quizá hagamos otro `sidi' antes de morir».

MUSIC LEGENDS

Siguiendo la programación de Music Legends hasta final de año, el 4 de noviembre se podrá ver a The Gran Mothers Of Invention y el 11 del mismo mes a Jorma Kaukonen (ex-Jefferson Airplane y Hot Tuna).

«He escrito la historia de Canned Heat hace poco»

Se percibe durante la conversación que Adolfo «Fito» de la Parra es una persona no sólo con afición por el habla, sino también por la escritura. Durante la charla menciona de paso «su libro», pero antes de cerrar la conversación, retoma el último segundo para hablar de su libro, en una anécdota parecida a la que ocurrió hace años con el elegante Francisco Umbral, que estaba de tertulia (en realidad él no, los demás), hasta que saltó muy serio: «Llevo aquí media hora y todavía no se me ha hecho ninguna pregunta sobre mi libro. Y yo he venido a este programa a hablar de mi libro», si no fue textual, muy parecido. No, no ocurrió así en esta charla, pero Adolfo de la Parra sí quiso puntualizar que había escrito la historia de Canned Heat y que el libro se acababa de publicar en el Estado. Previamente lo había hecho en México, «hace ya unos años», pero ahora llegaba a Iberia con el lenguaje pertinente, además de haberse editado también en Francia, Alemania y para los países anglosajones. En las casi 400 páginas de «Canned Heat. Living the blues», el batería del grupo cuenta la historia del blues, de Canned Heat, de su entorno. Habla de las luces y las sombras, como el camino que tomaron hacia el oscuro mundo de las drogas y que tantos problemas les originó. Con todo, lo que quizá más duela es cómo se hacían los contratos discográficos, qué poder tenían las multinacionales y los managers y que desidia había en los grupos hacia estas cuestiones legales. Tanto es así, que los creadores de la música, los autores de títulos tan clásicos en la historia del rock, no poseen ningún derecho sobre sus discos. Menos mal que les queda la música en directo, una buena historia y unas amplias giras. El libro lo edita QuarEntena Ediciones y cuesta 23 euros. P.C.

Originales, veteranos y muertos

La historia de Canned Heat cuenta con numerosos muertos. Podría entenderse como algo natural tras cinco décadas de música, pero lo paradójico del asunto no es la muerte, sino a qué edad les llegó a cada uno de los fallecidos.

Bob Hite (El Oso), estuvo con la banda desde el 65 al 81, año en el que fallece de un ataque al corazón. Alan «Blind Owl» Wilson (1965-1990) expiró en 1970, drogas. El guitarrista Kenny Edwards solo tocó con la banda en el 65, murió en 2010. Henry «The Sunflower» Vestine estuvo tocando con los Heat en diferentes temporadas (un gran guitarra), falleció en gira de un ataque al corazón en 1997. Antonio de la Barreda tocó el bajo un par de años (1970-1972), sucumbió en 2009. Richard Hite, hermano de Bob (El Oso), le dio al bajo cinco años (1972-1977), también le falló el corazón. El repertorio de óbitos concluye con Mike "Hollywood Fats" Mann, guitarra (1978-1980), enterrado en 1996.

«Ahora estamos tres miembros originales de Woodstock con Canned Heat: Larry Taylor, «El topo», al bajo, Harvey Mandel a la guitarra de requinto, y yo. Además de Spalding, armónica y voz. Esta es una buena banda, un grupo de rockeros que toca muy buen blues. Estamos en la mejor situación de nuestra historia: nos aprecian, nos tratan bien, se reconoce nuestra historia y hasta nos pagan bien, principalmente en Estados Unidos. Lo apunto porque también hemos tenido épocas muy malas y donde casi desaparecemos», finaliza De la Parra. P.C.

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