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Dabid LAZKANOITURBURU Periodista

El miedo como acicate de la soberanía

Huérfanos de argumentos, los voceros españoles apelan al miedo pero caen en un esperpento que alimenta exponencialmente el independentismo catalán.

Primero amenazaron con que Catalunya quedaría fuera de la UE. Como si el Eurogrupo, que mantiene a Grecia en cuidados intensivos en un intento de que no salga del euro, fuera a dejar sin la moneda única a 7 millones de habitantes de un territorio con una economía en estándares europeos. ¿Quien vetaría a Catalunya en la UE? ¿España? Catalunya no es Kosovo.

Visto lo endeble de la amenaza, pasaron a augurar que Catalunya se hundiría al no poder exportar a España. Dejando a un lado que, a este paso y desgraciadamente para sus habitantes, España no tendrá «ni para pipas», el argumento lleva implícita otra amenaza, el boicot comercial español. Incluso en el peor escenario, un veto salvaje supondría una reducción del 4% del PIB. La mitad de lo que el Principat ganaría (8% anual) por el déficit fiscal catalán.

El ex presidente de Extremadura, Fernández Vara (PSOE), ha exigido a Catalunya que, si se va, «devuelva» a los 150.000 extremeños «y a sus hijos y nietos» que «se llevó hace 40 años». Ya saben todos estos. O votan independencia o el federalismo del PSOE les manda un día de vuelta a Cáceres.

El remate llega de la mano del españolísimo José Bono. «No veo a Mas y a Duran como revolucionarios soviéticos». Yo tampoco. Son unos catalanes de derechas forzados a dar el salto por la presión de los catalanes y el desprecio de los españoles y que, de paso, ponen en sordina su salvaje política de recortes. ¿Su modelo? Dinamarca. ¿El de España? Turquía. Allá donde comienzan los Balcanes.

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