El candidato del PNV a Lehendakaritza, Iñigo Urkullu, afirmó ayer en Gernika que es necesario alcanzar «compromiso, unidad y acuerdo» para que «jamás» se repita «la sinrazón del enfrentamiento entre vascos». El acto estaba destinado a recordar la figura de José Antonio Agirre y se desarrolló en una villa emblemática para el mundo entero por una masacre perpetrada en realidad por la Legión Cóndor a las órdenes de Francisco Franco.

En el acto celebrado en la Casa de Juntas, el aspirante a Ajuria Enea estuvo acompañado de los presidentes de la formación jeltzale en Araba y Gipuzkoa, Xabier Agirre y Joseba Egibar, así como del exlehendakari José Antonio Ardanza.

Tras subrayar que el lehendakari Agirre y su gobierno son «un ejemplo» para el proyecto jeltzale, Urkullu consideró necesario que haya «compromiso, unidad y acuerdo» para hacer progresar el país y para que «su personalidad política y sus instituciones sean reconocidas en pie de igualdad entre el resto de naciones europeas».

Hace unas semanas, el equipo de gobierno de EH Bildu también reivindicó la figura de Agirre, en este caso desde el Hotel Carlton de Bilbo dado que fue sede provisional de aquel primer Gobierno Vasco tras iniciarse los bombardeos. Laura Mintegi glosó su figura, al igual que ayer Urkullu, por su impulso a un pacto amplio en una situación de emergencia nacional. Aquella comparecencia de EH Bildu escoció mucho a Urkullu, que la tildó de «insulto» y dijo que no se cree que los abertzales de izquierdas vayan a impulsar esos acuerdos de país. En twitter, el diputado jelzale Aitor Esteban fue más lejos y llamó «sinvergüenzas» a Mintegi y sus compañeros.

Sin embargo, ayer Urkullu incidió en el mismo aspecto del ejecutivo de Agirre, al proponer para el momento actual «un acuerdo político entre amplias mayorías, entre sensibilidades diferentes que acierten a conjugar el derecho a decidir con el compromiso de pacto. Un acuerdo de soberanías compartidas con la mirada puesta en Europa». Y añadió: «El acuerdo que aglutinó Agirre con nacionalistas, republicanos, socialistas y comunistas».

Otro pilar de su discurso fue la necesidad de dar proyección exterior a la identidad vasca. Dijo Urkullu que quiere «una Euskadi abierta al mundo en busca de oportunidades» y, en otras palabras, habló de «fortalecer la presencia de Basque Country» en el planeta.

«Acuerdo interno y proyección exterior para presentarnos como el lehendakari Agirre: I am Basque», añadió. También dijo que aquel mandatario vasco participó «en el alumbramiento del proyecto europeo» y tuvo «la agudeza política de discernir que el futuro de este país pasaba por una nueva Europa en construcción».

«Paz duradera»

Por lo que respecta al conflicto, Urkullu apostó por trabajar para lograr «una paz duradera» y con memoria historia para «quienes dieron su vida en defensa de la libertad y la democracia frente al totalitarismo», así como con memoria reciente para quienes «han padecido la dictadura del terrorismo practicada por quienes prostituyeron la noble causa de este pueblo».

Tras insistir en la necesidad de alcanzar unidad y acuerdo para evitar repetir «la sinrazón del enfrentamiento entre vascos», señaló que «esta es la herencia que todos queremos legar a las nuevas generaciones».

Por último, indicó que también los problemas económicos que se padecen hacen que «no haya mejor solución que un gran acuerdo» frente a una coyuntura de zozobra que ya está globalizada.