El presidente francés, François Hollande, prometió ayer reforzar los instrumentos de la lucha antiterrorista con la «movilización total del Estado» después de que el sábado muriera un sospechoso durante una gran operación policial desarrollada en varios puntos del Estado en la que fueron detenidas once personas.

La célula islamista desmantelada el sábado fue descubierta a raíz de un atentado con granada contra una tienda kosher perpetrado el pasado 19 de setiembre en el barrio parisino de Sarcelles. Por ello, el presidente Hollande se ha comprometido ahora a incrementar la vigilancia en las zonas de marcada presencia religiosa.

«La protección de los lugares de culto será especialmente reforzada», anunció el gobernante, que destacó la importancia de la lucha contra el «racismo y el antisemitismo», según recogen los medios franceses. Hollande realizó estas declaraciones tras una reunión en El Elíseo con representantes de la comunidad judía.

«Ser complaciente con el islamismo radical es ser complaciente con el nazismo», afirmó el presidente del Consejo de Representantes de las Instituciones Judías de Francia (CRIF), Richard Prasquier.

Hollande declaró respecto a la operación antiterrorista del sábado contra una red islamista que permitió la detención de once de sus presuntos miembros que, como Jefe del Estado, había ordenado neutralizar a sus integrantes.

El pasado sábado, una vasta operación acabó con la detención de varios miembros de esa red, franceses convertidos al islam todos ellos. En ella resultó muerto un joven de 33 años, Jérémie Sidney, en una intervención policial en Estrasburgo (este del Estado francés).