El candidato | Elecciones del 21 de octubre
«PNV e izquierda abertzale han de compartir unos mínimos para plantear al unionismo una salida»
Cabeza de lista del PNV por Gipuzkoa
Joseba Egibar (Andoain, 1959) es ya un clásico en estas lides. De hecho, en la próxima legislatura pasará a ser el parlamentario con mayor antigüedad de la Cámara. Entró en 1990 y desde 1998 ejerce la función de portavoz del PNV, cargo que espera seguir cumpliendo si Iñigo Urkullu es elegido lehendakari. En la entrevista, Joseba Egibar combina la percepción teórica de que es preciso que PNV y EH Bildu (él dice siempre izquierda abertzale) lleguen a un acuerdo de mínimos, con la necesidad práctica de atacar a la izquierda abertzale para tratar de acercar el mayor número de votos hacia el PNV.
Iñaki IRIONDO
Joseba Egibar destaca la «normalidad» de esta campaña, entendida como «posibilidad de expresar cada cual su proyecto». Pero observa «una especie de batiburrillo de mensajes» por acumulación y un algo de «rutina». Admitiendo la «jerarquía» que hace que los medios den preferencia al candidato a lehendakari, recalca las dificultades que encuentra para hacer llegar su mensaje. «Me está costando debatir dialécticamente con la izquierda abertzale», dice, y parece encontrar aquí la oportunidad de hacerlo.
Las encuestas les dan ganar...
Las encuestas tienen una orientación. En las últimas municipales y forales en Gipuzkoa nos daban 5 puntos por encima de Bildu y acabó 15 por encima nuestro. El diferencial fue de 20.
¿No tiene el PNV encuestas?
No, al menos que yo sepa. Cuestan mucho y con la cantidad de indecisos que suele haber, no merece la pena.
¿Ve a Urkullu en Ajuria Enea?
Yo sí, le veo. Pero este es un sistema parlamentario. Hace cuatro años también ganamos las elecciones, pero la misma noche PSE y PP decidieron que «sumamos, desplazamos». Previamente ya habían expulsado del terreno a uno de los jugadores con la ilegalización.
Se ha dicho que poner al presidente del EBB de candidato muestra que el PNV tiene poco banquillo.
Banquillo ha tenido, y suficientemente amplio para poder elegir, pero están también las circunstancias personales para decir sí o no. No sé como fue con Garaikoetxea, pero desde que yo conozco, desde Ardanza, a todos los candidatos ha habido que forzarlos para que dijeran sí. Urkullu no participaba de la idea de ser el candidato.
¿Por qué consideraron que es el mejor?
Eso ya está decidido. Había otros candidatos en cartera. Se decidió, y eso quedó como parte de las deliberaciones secretas del EBB. Ahí queda. Punto.
Si Urkullu es lehendakari hay que elegir nuevo presidente del EBB. ¿Puede eso abrir alguna caja de truenos?
Si entramos en un proceso de renovación del presidente del EBB será una buena noticia, señal de que Iñigo Urkullu es lehendakari. Por lo tanto, que me den esos problemas...
Urkullu citó a Arzalluz con lo de «primero vivir y luego filosofar» y Xabier Arzalluz añade que «no solo de pan vive el hombre».
La expresión de Xabier Arzalluz era así, las dos ideas y los dos axiomas. En el proyecto nacionalista, en estos momentos, la salida de la crisis tiene prioridad. Todo es compatible.
El mensaje oficial es «menos dependencia». ¿Le cuesta al PNV decir independencia?
Hay que leer el programa completo: «Menos dependencia hasta conseguir la independencia».
¿Nos ha tomado la delantera Catalunya?
No. Catalunya tiene su propia dinámica y creo sinceramente que hay una demanda social que ha sobrepasado la gestión política.
¿Se puede trasladar eso a Euskal Herria?
Hay un impedimento que yo estoy tratando de explicar en los mítines. Desde el 77 hasta prácticamente ahora, en nombre y representación del pueblo vasco se han configurado, desarrollado y chocado dos estrategias: la estrategia del PNV contra la estrategia de la izquierda abertzale que concibió, desde el primer momento, la lucha política, de masas e institucional combinada y en simbiosis con la lucha armada. Eso ha dado lugar a un escenario de choque, de neutralización, e incluso de combate del ámbito institucional. PNV e izquierda abertzale tenemos que hacer un balance de estos 35 años y respetar cada cual su ámbito. La izquierda abertzale está jugando a hegemonizar el hecho vasco, pensando que puede sustituir al PNV. Y para sustituir al PNV tienes que ser PNV, lo mismo que el PNV no puede sustituir a la izquierda abertzale. Esos dos mundos se tienen que respetar para sentar unas bases mínimas compartidas desde el espacio nacionalista abertzale para que se pueda plantear al unionismo una salida al conflicto político. No va a haber salida al conflicto político si cualquiera de las dos expresiones del mundo abertzale, sea el PNV o sea la izquierda abertzale, triangula con un vértice en el constitucionalismo para desplazar a la otra expresión del nacionalismo.
¿Por qué no se ha hecho?
Ha habido oportunidades, pero las estrategias no eran compatibles. Cuando en 2004 se vota el Estatuto Político en el Parlamento, la izquierda abertzale pone tres votos a favor y tres en contra. Arnaldo Otegi dice que «no es el momento». No había un apoyo, no había compromiso. Se puede hablar también del compromiso que tuviera el PNV con ese proyecto, pero bueno, todo es opinable. Vino la Ley de Consulta y la izquierda abertzale, EHAK, colocó un voto a favor y siete abstenciones. Tampoco creían que era el momento. Ahora la izquierda abertzale puede pensar que es el momento; pues no es el momento.
¿Por qué?
Porque lejos de estar en vísperas de la resolución del denominado conflicto político, tenemos que abordar las consecuencias de la estrategia político-militar que son víctimas y presos. Esos son los problemas y las urgencias en estos momentos. De la izquierda abertzale, pero también de la sociedad, porque hay que articular política para que el escenario de paz y convivencia sea definitivo. También hace falta una cohesión de la estrategia de la izquierda abertzale y una democratización. La lucha armada se deja porque se considera que no es eficaz, no por convicción política-ética, y eso deja una cultura de imposición que se va notando incluso en el intento de definición del proyecto político y social.
Explíquese.
¿Cómo haces tú una síntesis entre la gauche caviar -gente que va de izquierdas pero que tiene signos de derechas, cuando no de auténtica burguesía- con las tesis de Alternatiba, que no es que sea Corea del Norte, pero algo parecido, que no creen en la prosperidad porque produce ricos y creen que hay que establecer sueldos máximos? Todo eso lo tiene que definir la izquierda abertzale.
La izquierda abertzale, aun dividiendo sus votos, posibilitó aprobar el nuevo Estatuto y la Ley de Consulta. Ibarretxe dijo que si había portazo en Madrid al Estatuto, convocaría una consulta, y lo que convocó fueron elecciones. Dijo que el 25 de octubre de 2008 iría a votar en la consulta, y se fue a un acto en Gasteiz a levantar cartulinas y cantar «Maite Zaitut» de Pirritx y Porrotx. Toda la culpa no será de la izquierda abertzale...
Pero es evidente que la izquierda abertzale no estaba compartiendo esa estrategia. Decían que no era el momento, que la izquierda abertzale no estaba para eso ni este pueblo tampoco. ¿Qué le ocurre a la izquierda abertzale?
La pregunta era ¿qué le pasó al PNV?
Ya voy a responder, pero a la izquierda abertzale le pasa que demasiadas veces confunde sus problemas y sus urgencias con las prioridades del país. El PNV determinó una estrategia y al final no tiró para adelante. Ya hicimos la autocrítica que es que, al contrario que ahora en Catalunya, hubo una clase política -Gobierno y Parlamento Vasco- que aparentemente tenían una mayoría nacionalista pero que de fondo no existía. No había una estrategia compartida con la izquierda abertzale y el PNV tampoco estaba seguro de su posición. No había un impulso o una corriente social que empujara. Esas leyes han quedado en el Parlamento. El que después quiera entrar a eso, ahí tendrá esos textos. De esos errores hay que aprender.
La encuesta del CIS dice que el 21,8% del PP va a votar al PNV. ¿Tiene alguna explicación?
No he visto ese dato. Aunque el PP sí parece tener una preocupación, y también el PSE y la izquierda abertzale, de que pueda haber cierta desafección con respecto a las anteriores elecciones y que el voto útil en este momento se sitúe más en la órbita del PNV. Es que es normal. A ver... una operación política PP-PSOE/PSOE-PP que ha fracasado como ha fracasado, un PSE que zigzagueando ha llegado al final de la legislatura después de un año caótico, con un PP al que el tema de los recortes le está suponiendo un desgaste... eso lo contrastas con el crecimiento económico equilibrado que ha tenido sostenidamente el PNV desde el primer Gobierno de Garaikoetxea, pasando por el de Ardanza e Ibarretxe, y esa credibilidad la tiene el PNV. Porque la izquierda abertzale ha estado a otra cosa, mirando a las instituciones cuando no combatiéndolas. Ahora llegan unas elecciones en las que tiene la foto del satélite, ve Euskal Herria, pero cuando baja a la proporción 1:1, que es la escala humana, de eso no tiene nada preparado. Si no tiene ni una estrategia para la cuestión de los presos... Hay que llevar al PP a modificar su política penitenciaria. Todo eso está ahí y se va a dilucidar en la próxima legislatura. Y el sentido práctico de la gente le hace ver que unos con sus urgencias y sus problemas, otros con una estrategia absolutamente equivocada.. pues el voto útil se decanta en mayor porcentaje por el PNV.
En caso de ganar, ¿por qué fórmula de Gobierno se decanta?
Yo intentaría gobernar en solitario, por supuesto llegando a acuerdos. El entramado institucional hace que cada institución tenga un referente político distinto y el que se queda fuera de todo es el PSE. Por eso yo creo que en caso de que gane el PNV, el PSE -salvo que quiera hacer una travesía del desierto que le vendría bien por todas las equivocaciones estratégicas que ha acumulado- intentará pedir un acuerdo a la baja con el PNV, pero con una compensación en Gipuzkoa, y eso no se va a producir. Hay decisiones estratégicas que no se adoptan por casualidad. Ganando, se puede gobernar en solitario. Yo le veo a Iñigo Urkullu liderando el ámbito institucional. Lo primero que tiene que hacer un lehendakari es ir a hablar con las diputaciones y llegar a acuerdos para salir de esta. Y ese acuerdo institucional hay que ampliarlo incluso al ámbito social. O salimos de esta juntos o nuestras aspiraciones de cambio de estatus pueden ser ensoñaciones.
¿Se atreve con una porra?
Creo que habrá una disputa entre el PNV y la izquierda abertzale. Creo que podemos estar por encima, pero no me fío de las encuestas. A la izquierda abertzale todavía le envuelve la épica, la épica de los triunfos anteriores... una épica que el propio Arnaldo alimenta, porque cierra todas sus intervenciones con aquello de «Sonreíd que vamos a ganar». Siempre es ganar a alguien. Arnaldo Otegi sigue en la épica...
...y en la cárcel.
... en la épica de que hay que ganar a alguien. Creo que esa épica dura. Y el desgaste que dicen que produce la gestión no se va a notar tan claramente. Eso se notará cuando la izquierda abertzale exhiba su auténtico proyecto.
¿El estalinista?
No sé si estalinista, pero el amanuense ya puede tener otras fuentes. Yo digo como porra que PNV y la izquierda abertzale estará entre 23-25 o 22-24 y el que saque 25 rompe el espinazo a los demás.
¿Qué significa eso?
Que lideras. Si el PNV tiene 25, y la izquierda abertzale tienen 21 y el PSE 17 suman mayoría absoluta; pero no van a conformar un gobierno frente al PNV, porque eso es metafísicamente imposible. Y el PP también aspira a contar en la política vasca. Lo que el PP quisiera es sumar 38 con el PNV, no para gobernar, pero para contar en la política vasca. Lo que no veo es que Ezker Anitza pueda sacar 3.