La joven activista paquistaní Malala Yusufzai, que resultó gravemente herida el pasado martes por disparos de los talibán en el noroeste del país, fue trasladada ayer a un hospital especializado militar de la ciudad de Rawalpindi, al sur de Islamabad. Yousufzai de 14 años, se encuentra inconsciente y sigue en estado crítico después de recibir varios disparos en la cabeza y el cuello. No obstante, los médicos informaron de que ha podido mover ligeramente sus brazos y piernas. Los cirujanos paquistaníes lograron extraer el miércoles la bala que se encontraba alojada junto a la médula espinal. «La bala dañó algunas partes de su cerebro. Tiene, a pesar de todo, un 70% de posibilidad de supervivencia», explicó el doctor Mumtaz Khan, del hospital de Peshawar donde era tratada hasta ahora. «Intentamos protegerla de posibles complicaciones ya que, en su estado, una ligera neumonía o una infección pueden resultar fatales», precisó.

Malala Yousufzai fue atacada cuando regresaba a su casa desde su escuela. Yousufzai se ha significado por su defensa, desde los once años, del derecho a la educación de las niñas paquistaníes y por su denuncia de la represión talibán en el valle del Swat. Las milicias talibán paquistaníes amenazaron con volver a atentar contra ella si sobrevive.