Los estudiantes vascos dejaron ayer las aulas vacías y salieron a la calle en contra de los recortes en Educación y el aumento de las tasas en las matrículas universitarias. La huelga fue impulsada por distintas organizaciones estudiantiles de «las naciones oprimidas por el Estado español» y tuvo impacto en Catalunya, Asturias, Galicia, Castilla, Aragón, Andalucía, Cantabria y Canarias, pero fue particularmente fuerte en Euskal Herria, reuniendo a miles de personas en cada una de las cuatro capitales de Hegoalde y con incidencia en otras ciudades fuertes de cada herrialde. Según Ikasle Abertzaleak (IA), uno de los convocantes, participaron en las manifestaciones unos 16.000 estudiantes vascos, entre universitarios y alumnos de FP y Secundaria.

El seguimiento del paro en las universidades fue masivo, según los datos de IA, que cifró en más del 90% los datos de seguimiento en la UPV-EHU, la UPNA y en la Universidad de Mondragón. A diferencia de otras huelgas del sector educativo, la de ayer era solo de estudiantes. Según explicaba a GARA Ikoitz Arrese -portavoz de IA- en una entrevista reciente, «los estudiantes somos el sujeto que está sufriendo los recortes y debíamos responder con voz propia».

La manifestación más numerosa fue la que tuvo lugar en Bilbo, donde alrededor de 5.000 estudiantes se dieron cita en el Arriaga. La enorme marcha atravesó la Gran Vía y finalizó en la Delegación Territorial de Educación del Gobierno de Lakua.

Una vez allí, alrededor de 200 estudiantes accedieron de manera pacífica al edificio para remitir mediante una carta sus peticiones. La Ertzaintza irrumpió en la sede y les desalojó con actitud agresiva, con varias cargas. Según informó Europa Press, hubo más de 90 identificados y destrozos en el interior de la sede. Según esta agencia, se lanzaron objetos contra los agentes y eso motivó el empleo de la violencia policial. Varios de los identificados fueron amenazados con denuncias por delitos de desórdenes públicos y «ocupación de edificio público».

Cuando una de las patrullas se dirigía al lugar de los hechos, atropelló a dos mujeres a la altura de la calle Conde Artetxe. Las heridas tuvieron que ser hospitalizadas. Una recibió el alta por la tarde y la otra se quedó ayer en observación.

En Gipuzkoa también se registraron manifestaciones de peso, reuniéndose unas 2.000 personas en la protesta principal en Donostia y en otras más pequeñas en Leintz, Tolosaldea, Goierri, Oarsoaldea y Deba Goiena.

Ertzaintza y Policía Foral

En Araba, las movilizaciones se iniciaron a primera hora con los piquetes del campus. A las 10.30 comenzó una sentada junto al rectorado. Con la colaboración de alumnos de otros centros formaron una columna hasta la sede del PP. La Ertzaintza disolvió la protesta con una carga. Según pudo saber GARA hubo al menos tres identificaciones por esos incidentes. Poco después, los estudiantes se sumaron a la manifestación de Gasteiz, que reunió a unas 2.000 personas.

Por la tarde, varios alumnos regresaron al aulario y volvieron a tener un encontronazo con la policía. Los agentes identificaron a varios de ellos y los cachearon. Testigos relataron que los ertzainas se negaron a identificarse -«No nos dá la gana», dijeron- e insultaron a una joven estudiante llamándola «puta francesita».

No obstante, donde más se dejó notar la presión policial -pese a que no se registraron incidentes ni cargas- fue en las movilizaciones en Nafarroa. Los primeros problemas surgieron en los piquetes de la UPNA, donde se impidió la entrada de pancartas y material de propaganda. Alrededor de un centenar de personas que participaron en los piquetes de la mañana fueron identificados.

La movilización en Iruñea tuvo un trayecto corto. El punto de encuentro era el parque de Antoniutti, hasta donde llegaron cinco columnas estudiantiles. Una de ellas llegó de la UPNA y las otras cuatro fueron recogiendo a los alumnos de secundaria de los distintos pueblos de Iruñerria. La marcha terminó en el Paseo Sarasate.

La Policía española efectuó un despliegue impresionante, tanto custodiando a la manifestación como cortando calles y apostándose con peloteros por las calles de Alde Zaharra, preparados para cargas y encerronas. Lo más llamativo fue el operativo que rodeó al Parlamento, edificio cuya protección compete a la Policía Foral. Este despliegue parece un castigo al cuerpo navarro, cuya actuación durante la pasada huelga general fue cuestionada por el mando principal de los policías españoles. El Gobierno navarro, pese a defender públicamente la actuación de la Policía Foral, ayer decidió relegarles a un segundo plano.

Objetivos de la huelga

La movilización se sustentaba en tres pilares, independientemente de que los discursos finales fueran diferentes. En primer lugar, se denunció la precarización de la Educación y la merma de las partidas que sustentan este pilar del Estado del bienestar. De otra parte, se criticó el aumento de las tasas universitarias, acusando al Gobierno de quitar el derecho a una buena formación a las clases más precarizadas. En último lugar, las palabras del ministro José Ignacio Wert al anunciar su intención de «españolizar» a los catalanes tuvieron su protagonismo. Los estudiantes vascos reclamaron su derecho a una educación libre, donde las «doctrinas retrógradas del pasado» no tengan cabida.

Mazazo a colegios del Opus

Mientras los alumnos protestaban en las calles, el Parlamento navarro sacó adelante una propuesta de I-E, por la cual se paralizarán los convenios a colegios que segreguen a niños y niñas. PSN, Bildu y NaBai respaldaron la protesta, a la que se opusieron UPN y PP. La iniciativa de I-E exige que, para que se pueda realizar la concertación, exista un «respeto a los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución, como la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la equidad y la superación de cualquier discriminación». Los conciertos ya concedidos no pueden anularse, por lo que la medida solo afecta a la renovación. En Iruñea hay dos colegios que segregan y ambos son del Opus Dei.