«El periodo que comienza en 2013 será de mayor avance, logros y eficiencia dentro del proceso de transición al socialismo». Hugo Chávez, reelegido presidente de Venezuela hasta 2019, sentó las bases de acción para la próxima legislatura durante el acto de confirmación de su cargo, celebrado el miércoles en la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), en Caracas. Consolidar su modelo político, corregir las ineficiencias y dotar de mayor protagonismo a la ciudadanía serán sus ejes. Al igual que hizo en su primer discurso pronunciado en Miraflores, tendió la mano a los partidarios de la oposición, dejando claro que existe un espacio para el diálogo «dentro de nuestro programa». Según los datos finales del estamento electoral, el presidente obtuvo más de 8 millones de votos y el 55%; mientras que su rival pasó de los 6 millones y se quedó en el 45%.

«No se puede construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo», afirmó Chávez citando a Ernesto «Che» Guevara, un día después de que se conmemorase el 45 aniversario de la muerte del guerrillero. Tras 90 días de campaña, llegaba el momento de las primeras concrecciones. En su intervención, el presidente venezolano despejó las dudas de quienes temían que los llamamientos al diálogo, lanzados desde el primer momento en el que se confirmó la victoria, supusiesen levantar el acelerador del proceso. «No podemos contemporizar», aseguraba, minutos antes de la intervención, Lorenzo Quiros, de 57 años, uno de los miles de venezonalos que se desplazaron hasta la plaza Diego Ibarra, donde se instala el CNE. Tras las palabras de Chávez, se mostraba satisfecho.

Quirós basaba su tranquilidad en los ejes marcados por el jefe de Estado. En esta ocasión fue conciliador pero dejó claro que las líneas rojas están en el programa. «Aquí tienen cabida todos los que aspiran a una Venezuela soberana, incluso si se oponen al socialismo», remarcó, dejando claro que «Venezuela no regresará al neoliberalismo». En referencia a la campaña opositora, insistió en que la victoria bolivariana se produjo «contra una coalición internacional».

«Se impone una renovación»

En un discurso marcado por la autocrítica y los planes de reforma, Chávez anunció la puesta en marcha de las «micromisiones», una extensión de los programas sociales (que abarcan cuestiones básicas como la sanidad, la educación o la vivienda) pero centrados en un ámbito más local. «Tenemos que dotar de protagonismo al poder popular», insistió el presidente, asumiendo que la mayor parte de las iniciativas descentralizadoras «están todavía en pañales», pese a estar incluidas en la Consitución. En este sentido, todo apunta a que tendrán un papel esencial los consejos comunales, órganos de base que, por ahora, se encuentran en una primera fase de desarrollo.

El discurso tampoco evitó las carencias en la gestión. Como ya hizo durante la campaña, entonó el «mea culpa» y prometió una revisión del sistema. «Se impone una renovación», aventuró, instando a la ciudadanía a ser «correctores» de un proceso que, pese a contar la reválida popular, adolece de críticas compartidas por partidarios y detractores, como son la burocracia y la falta de eficiencia.

Buena parte de esa revisión ya ha podido visualizarse con la elección de los candidatos a gobernadores, que tendrán que medirse el 16 de diciembre. Ahí, algunas de las cabezas más cuestionadas por sus bases han sido relevadas por otros aspirantes con el objetivo de evitar un voto de castigo que no ha recibido Hugo Chávez.