Acudimos a este conocido publicista que ha diseñado anuncios, documentales y carteles -entre otros para Euzkadiko Ezkerra- y publicado libros como «Los anuncios por dentro» con la esperanza de analizar con él esta campaña electoral. Pero echa por tierra nuestra idea inicial al expresar claramente: «Comentar una campaña concreta carece de interés».

¿Cómo han cambiado las campañas políticas?

En un tiempo eran muchísimo más intensas: había cantidad de carteles, se gastaba cantidad de dinero. Ahora no se gasta nada y las campañas se hacen en los medios. La típica bobada: un candidato acude al mercado de Gasteiz, se acercan los medios y el político hace un comentario sobre el paro. También tienen mucha importancia los mítines para la televisión. Las tomas, al menos el PP y el PSOE, las hacen ellos, con el ángulo que quieren, recogiendo lo que desean. Que digan en el lema «Adelante España» es igual. Muchas veces la campaña no varía ni un punto los porcentajes de voto que había antes de empezar.

Entonces, ¿la publicidad no tiene mucho que hacer o cambiar?

A veces, no tiene nada que hacer. Nada. Creo que ni siquiera los debates como el de Rubalcaba y Rajoy influyen mucho. Lo que influye son los hechos. Por ejemplo, Aznar perdió porque en plena campaña fue el atentado de Atocha.

¿Cómo se puede medir el efecto de una campaña?

Las mediciones de la intención de voto también son malísimas. No hay ninguna precisión. Y, por lo tanto, no puedes investigar los resultados y la influencia de la campaña porque no sabes exactamente de lo que partes. Incluso en los sondeos que se hacen a pie de urna, el mismo día de las elecciones, no aciertan. Un debate sobre esto es incierto. Si analizas hechos físicos -la meteorología, la salud...-, puedes medir muy bien el grado de humedad, lo que llueve... Pero en política no puedes decir: el PP ha bajado en la campaña. ¡Si no sabes cómo estaba exactamente!

Lo que es un cachondeo para cualquier analista es lo siguiente: imagínate que en el pronóstico le dan 23 diputados al PNV, a Bildu dos menos, al PSOE 17... Si eso fuese verdad y luego resulta que el PNV consigue 28, quiere decir que ha ganado cinco en la campaña. Pero los pronósticos aventuran. Date cuenta de que algunas veces una fuente da resultados bastante diferentes de otros. No te puedes fiar. Todo es incierto. Te mueves en arenas movedizas. He trabajado en una época en hacer sondeos y es muy difícil acertar. El único dato cierto que hay son los resultados. Hay un debate del presidente con el aspirante y un periódico dice que ha ganado uno y otro dice lo contrario. ¿Cómo pueden decir que ha sido mejor uno u otro? Si eso tampoco es algo objetivo...

En estos años ha cambiado mucho la manera de transmitir la política. Antes se hacía en la calle. de allí pasó a los medios y ahora también a internet.

Los periódicos han bajado de audiencia; entonces, la mitad de la gente no mira los diarios. La tele sí, pero antes había solo una, y ahora hay tanta... No sé de qué se enteran unos y otros. Hoy cada uno oye una música distinta. Pero la tele supongo que es lo que más traga la gente.

La gente de una edad sí, pero los jóvenes tienden a internet.

Pero las noticias de política tampoco se leen por internet. La gente consume cine o música en la red, pero no política.

Para ser publicista, es pesimista con la publicidad política...

¿En una situación de estas? Es que ahora la gente tiene mucha información, ahora lo que sobra es información. Pero, ¿porque un partido te ponga un lema o un cartel bonito le vas a votar?

No, pero si está en dudas, le puede dar un empujón, ¿o no?

No sé. Solíamos decir que para votar lo que hacía falta era no ver nada, porque si no, no votas. El espectáculo político es bastante bochornoso, no se libra nadie. La campaña no va a ser lo que decida los votos. El gran factor que va a pesar es el desengaño de la política y la angustia por la crisis.